El personaje está bajo estricta vigilancia en la Puerta del Sol, donde conocen sus sinuosidades. “Se emperró en aupar al campeón en escupir pipos de audiencia, gurú de las ‘criptos’ ahora que hacen aguas, y aquello terminó como el rosario de la aurora”, claman entre el kilómetro cero y la calle Génova, donde también le tienen entre ceja y ceja. Otra cosa es que, aparentemente, se libre -o eso cree, porque anda dejándose muchos pelos en la gatera.