Julio Ariza es Vox y Vox es Julio Ariza. Una vez más, ha quedado demostrado. El partido, que es conocido como el “área de negocio” de la extinta Intereconomía, no ha dudado en arropar al empresario tras su última condena, que le impone el pago de 11 millones de euros por la quiebra de Intereconomía. Con anterioridad, semanas atrás, Ariza fue inhabilitado y condenado, por otra causa similar, al pago de 4,5 millones de euros y a la inhabilitación.
Sin embargo, nada ha cambiado escamante en la relación entre Vox y Ariza, cuyo hijo, Gabriel, es uno de los cabecillas de la consultora Tizona que factura al partido de Santiago Abascal por asesoramiento y comunicación.
Todo lo contrario. Desde Vox han enviado un mensaje claro y rotundo: “Todos con Ariza”. Lo siguiente, sacar el argumentario -averiado- de una persecución a los disidentes del Sistema y a los denunciantes de fusiones por parte de sujetos como Juan José Aizcorbe, que tuvieron un papel clave en la ruina de Intereconomía y que ahora calientan poltrona en Vox.
Sin embargo, ese mensaje, mucho más simbólico, tuvo lugar días atrás cuando la embajada de la Hungría de Víktor Orban impuso una condecoración a Jorge Buxadé, eurodiputado, vicesecretario de Acción Política y ‘ejecutor’ de la cúpula que dirige el partido, en la que, sin embargo, no todos tienen carné del mismo. Y es que allí, en primera fila, se encontraba el orondo Julio Ariza copa en mano, compartiendo espacio junto a Luis del Pino (EsRadio), Rocío Monasterio, Jorge Cutillas o Hermann Terstch, entre otros.
En esta ocasión, y aunque Ariza es habitual de los actos de Vox, colocado en posiciones discretas pero relevantes, siempre cerca de la cúpula, el patrón de la antigua Intereconomía posaba con una especial relevancia. El mensaje era claro.
Vox, al servicio de Ariza
Lo de Ariza y Vox daría para escribir un libro más largo que el de Macarena Olona. Pero, por lo breve, la formación de Santiago Abascal se ha conformado como un polo de negocio del inhabilitado empresario navarro. Ha sido, sin duda, uno de sus ‘pelotazos’ político-mediáticos en la carrera de un sujeto que, en plena crisis de Intereconomía, puso en marcha una Orquesta Filarmónica. Todo un éxito, sin duda, lo de Vox en comparación con lo otro.
Desde luego, quedan claros los vínculos. No sólo los susurradores de Abascal pertenecen a su cuadra, con Kiko Méndez-Monasterio y Gabriel Ariza en cabeza, sino que buena parte de la alta dirección de Intereconomía más implicada en los negocios de los Ariza (¿quién recuerda aquella sociedad con los Piñar?) pasta por los cargos del partido, donde buena parte de la comunicación está en manos de ex empleados del Grupo.
A eso hay que sumar -sin olvidar simbolismos como el de Ariza senior cerrando una lista electoral- el papel de El Toro TV como cadena oficial del partido; la extraña venta de la cabecera ‘La Gaceta’ a Tizona para, a continuación, ser vendida a la Fundación Disenso de Vox; el programa de promoción de Vox en El Toro TV; o lo señalado por Olona en su libro: la negociación para apoyar a los populares en Andalucía con partida presupuestaria para Ariza. Y eso sin ser exhaustivos.
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