‘L’Observateur du Maroc et d’Àfrique’ figura entre los anunciantes del suplemento de ‘25 La Razón’ que conmemora su veinticinco aniversario. Una presencia llamativa si se tiene en cuenta que dicha publicación es considerada como un medio vinculado a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el servicio de inteligencia marroquí, que supuestamente emplearía para operaciones de desinformación y propaganda.
Este semanario marroquí está ligado a Ahmed Chadai, tildado por diversos medios, como el ‘relaciones públicas’ del servicio de inteligencia de Marruecos.
Precisamente, su nombre se dio a conocer en España hace más de una década, como autor de una campaña de desinformación contra el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, en la que se apuntaba a éste como padre del hijo de la ministra francesa Rachida Dati. Algo desmentido por ambas partes y que Aznar llevó a los tribunales, obteniendo una sentencia condenatoria para el empresario de medios marroquí.
Sin embargo, la última polémica en la que se ha visto envuelto, tiene relación con el presunto espionaje marroquí a varios políticos y periodistas españoles a través de Pegasus. Y es que a raíz de dicho asunto afloraron vínculos extraños, como la presencia de la periodista Bárbara Barón como corresponsal de dicho medio.
Barón es la hija del ex comisario general de Información de la Policía Nacional, Enrique Barón, y publicó, además, varias noticias en ‘La Razón’, con un sesgo progubernamental marroquí, según apuntaron diversos periodistas españoles.
No deja de ser curioso, que en la web de dicho semanario se incluya un apartado específico con noticias de ‘La Razón’ traducidas al francés.
En los últimos tiempos el diario que preside el comisario honorario Maurici Casals, acoge también al imputado ex ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que cuenta con el dudoso récord de haber sido el único titular de dicha cartera, grabado en su propio despacho. Además, con el mérito de dialogar con su ángel personal, Marcelo, al que le decía que le ayudara a aparcar. Ahora, con los ‘asistant park’ lo tendría más fácil el tal Marcelo. Eso sí, todo con permiso de Santa Teresita de Lisieux y sus estampitas. Sucram ¡Mon ami!
Seguiremos Informando…