Siempre se ha asociado el inicio de año con el planteamiento de nuevos propósitos tras hacer balance del periodo que termina. Entre las propuestas más repetidas en todas las listas de comienzo de año se encuentran aquellas relacionadas con la salud y el bienestar. Sin embargo, aunque todos tenemos propósitos al comienzo del año, muy pocos son los que se mantienen firmes para lograr su objetivo.
La salud y el desarrollo personal son los temas más comunes en cuanto a propósitos de Año Nuevo. En esta línea, algunos de los más repetidos son clásicos como hacer más deporte, seguir una alimentación equilibrada, bajar de peso, dejar de fumar, reducir los niveles de estrés, aprender algo nuevo, leer más, ser más organizado o priorizar el autocuidado.
Si bien es cierto, a pesar de que las personas comienzan el año con ganas de alcanzar nuevas metas, a medida que pasan los meses, la motivación va disminuyendo y la mayor parte de los objetivos se abandonan. De hecho, en mucho casos, incluso antes de finalizar el primer mes del año, ya se ha desistido de alguno de esos objetivos. Y es que, según datos del estudio Cigna 360-Vitality, solo el 31% de la población española afirma sentirse con energía en su día a día, lo que puede influir en el estado de ánimo y en la capacidad de alcanzar objetivos, llevando a sentimientos de desmotivación y desinterés por perseguir metas.
El papel de la motivación
La motivación juega un papel crucial a la hora de mantener un estilo de vida saludable, ya que impulsa la acción y la persistencia necesarias para alcanzar metas de bienestar.
Entre los factores que fomentan el abandono temprano de los objetivos, se encuentran cuestiones como la voluntad, achacando a la falta de esta su no consecución. Otra de las razones que podemos encontrar es la falta de realismo a la hora de realizar el listado de objetivos, estableciendo metas difíciles de alcanzar o elaborar una lista demasiado larga, lo que contribuye a olvidar el seguimiento de los progresos o incluso cuales eran los propósitos originales. Existen, además, motivos psicológicos más profundos como puede ser un cambio de calendario, que puede parecer algo simbólico, pero en lo que refiere a efectos prácticos no lo es, ya que el ritmo de vida no se modifica y se mantienen las mismas rutinas.
María Sánchez, e-Health Manager de Cigna Healthcare, señala que “establecer propósitos de Año Nuevo es crucial para fomentar el crecimiento personal y la automejora. Sirven como guía para orientar nuestras acciones y nos proporcionan metas claras para alcanzar en el nuevo año. Aunque la intención detrás de los propósitos de Año Nuevo es positiva, la falta de estrategias prácticas y la incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes pueden convertirse en obstáculos. Asimismo, el establecimiento de demasiados propósitos a la vez puede generar una sensación de colapso. La falta de enfoque puede dispersar la energía y dificultar la concentración en metas específicas, lo que contribuye a la falta de cumplimiento. Para poder alcanzar las metas establecidas es importante que los cambios que queremos realizar en el estilo de vida sí vayan siempre acompañados de cambios más profundos y estructurales.”
¿Cómo debemos plantear nuestros objetivos para 2024?
Resulta vital que, a la hora de plantear los objetivos de 2024, se haga de manera adecuada y atendiendo a distintos factores, que favorecerán que los objetivos sean alcanzables. Desde Cigna Healthcare facilitan alguna de las pautas que conviene tener en cuenta en este proceso:
- Buscar siempre la motivación. Es importante que los propósitos que se marquen sean lo suficientemente motivantes como para que todo el esfuerzo y trabajo merezcan la pena, por lo que es necesario pensar en algo que realmente genere pasión. Hay que tener en cuenta también que fallar a la hora de conseguir un objetivo puede afectar a la salud mental al pensar que no se es capaz o suficiente y, de este modo, reducir o eliminar la motivación de la que se parte. Sin embargo, es importante afrontar el fracaso como una oportunidad para aprender, crecer y adaptarse. De esta manera, no solo fortalece la resiliencia emocional, sino que también fomenta la autocompasión, el perdón hacia uno mismo y la habilidad de ajustar estrategias para futuros intentos.
- Objetivos SMART. La dificultad de los propósitos planteados es uno de las principales causas de abandono. Es importante que los objetivos sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido. Así, por ejemplo, en vez de plantear bajar de peso o hacer deporte, es conveniente abogar por metas mucho más concretas y realistas en las que los resultados sean medibles fácilmente, como hacer deporte cuatro horas a la semana o bajar de peso tres kilos en los próximos dos meses.
- Registrar los avances. El logro de los objetivos no es algo inmediato sino un trabajo a largo plazo y esto, en muchas ocasiones, genera frustración y abandono. En este sentido, resulta clave registrar la evolución y avances que poco a poco se van alcanzando.
- Foco en los logros. Celebrar los logros, por pequeños que sean, puede contrarrestar la desmotivación y el estrés, y facilitar el progreso hacia una vida más saludable. El reconocimiento proporciona una sensación de logro, refuerza la autoconfianza y motiva a seguir adelante.
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