La visita del rey emérito a España nos ha dejado una curiosa imagen. Juan Carlos I regresaba con motivo del cumpleaños de su hija, la Infanta Elena, que este miércoles cumplía 60 años. La familia real al completo se reunió en el restaurante Pabú, situado en el número 4 de la calle Panamá.
Sin embargo, fue a la salida del mismo cuando Juan Carlos I y la Infanta Elena protagonizaron una despedida, cuanto menos, llamativa. Tras darse dos besos, Doña Elena hizo una genuflexión frente a su padre, e instantes después ambos iniciaron un saludo que comenzaba con sendas señales de la cruz en la frente.
A continuación, padre e hija intercambiaban diferentes apretones de manos para después golpearse mutuamente el pecho con dos golpes. Gestos muy curiosos todos ellos que no han pasado desapercibidos para los periodistas que se encontraban a la salida del restaurante.
¿Qué significado tiene ese saludo? Es la pregunta que se hacen quienes han visto las imágenes recogidas por las cámaras de los medios. Hay quienes aseguran que se trata de un saludo propio de la masonería. Otros creen que se trata de un mero símbolo cristiano.
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