La actividad en el Congreso de los Diputados ha arrancado este 2024, cuanto menos, movida. No han transcurrido ni dos meses desde la investidura de Pedro Sánchez, y las coaliciones ya comienzan a arrojar sus primeros resultados o, lo que es lo mismo, votos en contra de reales decretos ley que se daban por aprobados, o aprobaciones con un voto de diferencia después de dilatadas negociaciones. Más que calma, la legislatura anuncia tempestad, con amenaza de naufragio.
Para Alfonso López, CEO la consultora de Government Relations y Public Affairs especializada en estrategias políticas y el desarrollo de campañas de diplomacia RetiEspaña, “el escenario político español es complejo, con un gobierno de coalición formado por dos partidos y apoyado por socios con ideologías absolutamente contrapuestas”. En conversación con PRNoticias, el periodista analiza la actualidad política en España desde el prisma de los Asuntos Públicos. A su juicio, en esta legislatura lo tendrán difícil el sector agrario, seguido de los cuerpos de seguridad del Estado. ¿Las razones? “Son claramente políticas”.
¿Cómo será la práctica de los Asuntos Públicos en esta nueva legislatura?
El completo escenario político dificultará la labor del Ejecutivo, hará muy difícil el trabajo al Legislativo y llenará el Poder Judicial de casos, pero supone una enorme oportunidad para las agencias de relaciones institucionales centradas en construir puentes entre los diferentes actores políticos y sociales, y aquellas que sean capaces de encontrar soluciones a los retos y discrepancias que la polarización política genera. Asimismo, aquellas agencias que partan desde un claro apriorismo político, que las hay, en la actual dinámica de tensiones, lo tendrán muy difícil ya que serán percibidas como un actor partidista más.
Los pactos de gobierno, ¿en qué medida entorpecen o facilitan la práctica de los Asuntos Públicos?
Los pactos de gobierno pueden facilitar la práctica de los Asuntos Públicos si están basados en el diálogo, la confianza y el respeto mutuo. En la disyuntiva política del presente, que es de clara desconfianza entre los grupos que apoyan al Gobierno, es cuando las empresas de lobby han de demostrar su capacidad de forjar los acuerdos, esos que los políticos son incapaces de llevar a cabo. Va a ser un tiempo apasionante para nuestro sector.
Confianza, transparencia, diligencia, eficacia, objetividad, imparcialidad… ¿Qué tanto de estos principios considera tiene hoy el Gobierno?
El Gobierno de España debe trabajar para mejorar la confianza y la transparencia en su relación con los ciudadanos y con los sectores de la sociedad, pero muy particularmente con las agencias de public affairs. Esto no lo dice RetiEspaña, sino todas las encuestas y observatorios centrados en medir el nivel de transparencia y calidad democrática. Por ejemplo, el Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa (GRECO) cree que España debería emprender “una acción más decidida” respecto a las relaciones entre los parlamentarios y los grupos de presión o ‘lobby’, aunque reconoce que se han dado pasos en este sentido, pero que se están demorando en el tiempo.
En la pasada legislatura, ¿qué sectores lo tuvieron más fácil?
En la pasada legislatura, pocos sectores lo tuvieron fácil. Incluso aquellos que tenían un fuerte arraigo y organización de lobby lo pasaron realmente mal, véase el caso de la energía convencional y la banca. Fueron los actores sociales, movimientos pro-diversidad, cine y cultura, etc., quienes operaron con más éxito.
¿Y cuáles lo tuvieron más difícil?
Fueron muchos, tantos, que costaría enumerarlos. Quizás el más destacado sea el sector agrario, seguido de los cuerpos de seguridad del Estado. Las razones son claramente políticas, y en algún caso ideológicas de las dos partes en negociación. Para estos próximos cuatro años anticipo que un sector que me es personalmente muy querido lo va a tener muy difícil: la tauromaquia.
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