Este jueves, 11 de enero, a tan solo dos semanas de comenzar 2024, la plantilla de Abanca ha decidido alzar la voz en contra de las personas para las que trabajan y su gestión. Así, el 90% de la plantilla ha secundado una huelga convocada por los sindicatos CIG y ASCA con el objetivo de denunciar “la brutal perdida de poder adquisitivo que sufren” para que, mientras tanto, la compañía se beneficie y siga “haciéndose millonaria”.
En concreto y a través de los sindicatos, los empleados quieren “exigir que los beneficios multimillonarios no sean a coste de mantener los duros recortes que la entidad impuso al personal durante los años de crisis financiera y que siguen manteniendo”. Además, critican que “triplicando” los beneficios del año anterior, con un total de 429 millones facturados, Abanca “pretende mantener indefinidamente las condiciones laborales implantadas a través de los sucesivos ERE justificados, todavía, por la crisis financiera”.
Pero, la compañía no se queda ahí e intenta aprovecharse de los estudiantes y los trabajos temporales. Según afirma su plantilla, Abanca y su gestión de RRHH están destruyendo empleo apostando, cada vez más, por la temporalidad “a través de la utilización de contratos en prácticas para la cobertura de puestos estructurales”. “Esto provocó una precarización del empleo de ese personal, muchas veces desplazado a oficinas fuera del lugar de residencia”.
Además, los propios trabajadores de la entidad bancaria no se quejan solo de la precariedad laboral respecto a su salario, otras de sus reivindicaciones apuntan directamente a la “recuperación del trabajo de calidad” y la equiparación con los trabajadores de otras entidades bancarias. “Trabajamos más tardes y durante más meses que en el resto de entidades por los sueldos más bajos del sector financiero”, protestan.
Clodomiro Montero, secretario sindical de la CIG en Abanca explica que “desde la puesta en marcha de Abanca, los trabajadores han sufrido una serie de recortes salariales que se sitúan en un 25%.” “A día de hoy, cobramos menos que en el 2010 a pesar de que la empresa tiene beneficios millonarios, históricos en el 2023, y el propietario ya se ha situado entre las cinco fortunas más ricas en España según la revista Forbes. Nosotros, mientras tanto, con los salarios recortados, sentencia.
Motivos suficientes para que los sindicatos, junto con los profesionales de la compañía, hayan decidido denunciar la situación y considerar que en la empresa se vive un “clima laboral tóxico derivado de una política comercial tremendamente agresiva“. Una grave acusación contra la imagen de la entidad bancaria ante la que los directivos por el momento no se hsn pronunciado. Desde PRNoticias nos hemos intentado poner en contacto con ellos sin ser finalmente atendios.
El cuidado de los trabajadores, una herramienta fundamental para una buena reputación
En este sentido y ante la situación de crisis a la que se está enfrentando Abanca, cabe recordar la importancia de tener un buen clima laboral y una plantilla motivada para las compañías y su imagen. Es decir, la reputación corporativa no solo se forma a nivel externo, sino que, para que exista una buena reputación social, tiene que existir primero, una buena imagen a nivel interno.
Por tanto y en este sentido, la comunicación interna permite trasmitir estrategias de negocio, planes de trabajo y normas, además de hacer equipo y retener el talento. En el caso de los bancos y de la mayoría de entidades, es una herramienta fundamental para impulsar el cambio cultural en el grupo y conseguir a través del mismo, una reputación sólida con unos valores bien marcados.
Pero, los beneficios de un buen cuidado del personal, no acaban ahí, y es que, esta herramienta y las acciones asociadas a la misma, además de incrementar la satisfacción de los empleados, aumenta la productividad y disminuye su rotación. Unos resultados que solo se consiguen si “la comunicación interna es permanente y fluida”.
En definitiva, si la compañía quiere ver reflejado el trato de su plantilla en su imagen, “no vale informar a los empleados durante un periodo y luego pasar al secretismo. También tiene que ser transparente y fomentar la participación y el intercambio de opiniones entre la dirección de la compañía y los trabajadores. En este sentido, debe estar abierta a abordar problemas, quejas y preocupaciones, para intentar darles solución. Además, conviene que se desarrolle en un clima constructivo y pacífico. Y las acciones de comunicación deben ser medibles, para ir mejorando la estrategia a lo largo del tiempo“, explican los expertos en esta materia.
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