La marcha de Fernando Savater ha significado un antes y un después en el diario El País. Más por todas las telarañas que hay detrás de su salida, tras varias décadas ligado al diario del grupo Prisa, que por su salida en sí. La influencia del Gobierno en el periódico privado se ha convertido en dogma que no todos están dispuestos a aceptar.
A la ya conocida salida de Fernando Savater, se ha sumado la de Félix de Azúa, miembro de la Real Academia Española, tras haber mantenido una relación con El País desde 1976. Según publica el diario The Objective, el escritor ha tomado la decisión como un acto solidario impulsado tras la salida de Savater.
Ambos han compartido una misma evolución dentro del periódico que dirige Pepa Bueno. Los dos comenzaron a escribir sus primeros textos para el diario en la década de los 70 y los dos se han mostrado críticos con la relación entre el medio y el Gobierno. De hecho, De Azúa pasó a tener una colaboración semanal en la que hablaba de política y cultura, a una quincenal, ubicada, exclusivamente en la sección de Cultura.
Cinco años de salidas
Lo cierto es que desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno, han sido muchos los cambios de calado que la cabecera ha sufrido. El primero de ellos fue el cese -y posterior despido-de Antonio Caño como director. Se produjo poco después de que Sánchez tomase posesión y llegase al Palacio de la Moncloa.
Tras Caño fueron cayendo nombres de calado que habían formado parte de una era que era solo el comienzo del cambio. Entre ellos, David Alandete, Ignacio Torreblanca o nombres como Maite Rico o José Manuel Calvo.
No han sido los únicos cambios. Tras Caño llegó el momento de Soledad Gallego, quien posteriormente dejó su silla en manos de Pepa Bueno. Dos mandatos en los que El País también ha fulminado a otras de sus firmas reconocidas. Es el caso de nombres como Javier Ayuso o Félix Ovejero. Un total de cinco años de cambio en los que la influencia de Sánchez ha ido tomando asiento en el buque insignia de El País, donde cada vez es más difícil encontrar voces discordantes. ¿Será Juan Luis Cebrián el siguiente en hacer desaparecer su nombre de las páginas de El País?
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