En Madrid están todos los grandes grupos hoteleros ofreciendo, organizando… hay que tomar la delantera a los históricos y parece ser que casi todo vale. Seguro que le echan la culpa a los Mandarines por su lujo asiático bien entendido para sus paisanos, que son de gustos refinados y morro fino. En estos días aciagos de calores incomprensibles, nos acercamos a uno de los hoteles de toda la vida de la Villa y Corte, el Villa Magna. ¡Oh sorpresa! las y los primeros estaban allí, todos y todas haciendo sus reuniones desde primera hora de la mañana. Del salón de té a la recepción. Vimos a algunos y algunas que seguro taparon con plástico durante la reforma del hotel porque allí estaban y siguen igual que hace diez, perdón cien años. Cada vez queda más claro que estamos en la Europa del Puchi, porque los precios eran de Bruselas y el servicio excepcional. Qué más dan unos euros si te sientes como…