Las empresas españolas se han tenido que enfrentar a un 2023 marcado por la inflación, la presión fiscal y la incertidumbre geopolítica. No obstante, si hay un elemento que consideran que sigue afectando de forma más directa a sus ventas y por tanto a la imagen de su marca, la mayoría señala a los precios y a la inflación. Así lo constató el Estudio sobre Clima Empresarial en España, elaborado por Sigma Dos para la Cámara de Comercio de España.
En concreto, este estudio demostró, como de cara a 2024, el 61,9% de las empresas cree que la situación con respecto a los precios seguirá empeorando en 2024, mientras que solo un 11,2% confia en que se quedará igual a lo largo de todo el ejercicio. Además, a esto hay que sumarle que según el 70% de los consumidores españoles perciben de forma muy significativa el aumento de los precios, lo que obliga a las compañías a ajustar su estrategia para no perder a sus consumidores.
En cualquier caso, los precios ofrecerán un comportamiento muy diferente dependiendo de los bienes y servicios de los que hablemos. Por ejemplo, si se tiene en cuenta la opinión de varios expertos, los sectores que más afectados se podrían ver por la inflación en 2024 son la construcción, la alimentación y las tecnologías.
¿Las empresas se están aprovechando de la situación?
Ahora bien, como consecuencia de esta percepción la visión de los consumidores está viéndose afectada cada vez de forma más preocupante. Y es que, el descontento generalizado se está empezando a traducir, a su vez, en falta de confianza entre los consumidores, no solo en las marcas, sino en establecimientos al completo. De hecho, un 28% de los consumidores está dispuesto, si no lo ha hecho ya, a cambiar de marca o lugar habitual de compra.
Además, según ha afirmado Kantar Worldpanel, otra de las consecuencias que están pagando las compañías debido a la inflación es que las marcas blancas están experimentando un notable crecimiento. Y, especilmente en el sector de la alimentación, el cual según un análisis de Reputation Institute, ha visto disminuir su reputación de forma muy considerable, un 12% en el último año.
Por tanto, actualmente los consumidores perdiben las marcas españolas como “bastante caras” especialmente porque también están viendo como los precios suben todavía más rápido que la inflación general. Unas subidas que no solo afectan a sus tarjetas, sino también, como ya se ha mencionado, a su percepción. Por ende, las consecuencias de la inflación están dañando la imagen de las marcas, especialmente porque son percibidas como “aprovechadoras de la situación”.
Y, en este contexto, cabe resaltar como de acuerdo con los expertos en estrategia, una compañía que experimenta una disminución de su imagen y por tanto alcanza el 10% de su participación en el mercado, puede requerir hasta cinco años para recuperarse de la crisis. Lo que demuestra, una vez más, la importancia de una buena reputación en el éxito a largo plazo de una marca.
Seguiremos informando…
