En la Tierra a viernes, diciembre 20, 2024

PROFESIONALES EN EL MANEJO DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

La reconstrucción de la articulación mandibular por tumor requiere una prótesis a medida

UN PROCEDIMIENTO COMPLEJO CUYO ÍNDICE DE COMPLICACIONES ES BAJO

“Antes, las prótesis que se usaban eran estándar y los resultados no eran estables, pero fabricarlas a la medida de cada paciente ha hecho que los resultados a largo plazo sean óptimos”, explica el Dr. Néstor Montesdeoca

El recambio de una articulación de la rodilla o de la cadera es algo normalizado, generalmente debido a una artrosis severa. Sin embargo, el reemplazo de la articulación de la mandíbula no es tan frecuente al tratarse de “una cirugía compleja, que requiere diseñar una prótesis muy específica con unos materiales muy específicos y preservar el nervio facial.”, señala el doctor Néstor Montesdeoca, jefe asociado del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario La Luz.

El especialista asegura que el riesgo-beneficio de la técnica no estaba realmente claro porque, “antes, las prótesis que se usaban eran estándar y los resultados no eran estables, pero, desde hace unos años, fabricarlas a la medida de cada paciente ha hecho que los resultados a largo plazo sean óptimos tanto en la mejora del dolor como en funcionalidad, es decir, en la apertura y cierre de la boca de los pacientes”.

Principales indicaciones

Según el Dr. Montesdeoca, son cuatro las principales indicaciones para el recambio articular mandibular. En primer lugar, por casos de pacientes con una artrosis avanzada, es decir, con la articulación en mal estado. La segunda indicación es la llamada anquilosis temporomandibular, que ocurre cuando hay una fusión entre el cóndilo de la mandíbula y la base del cráneo. La tercera indicación responde a un cuadro llamado reabsorción condilar, es decir, pacientes a los que se les reabsorbe el cóndilo por causas hormonales, reumáticas o traumáticas de forma progresiva. La cuarta y última indicación responde a los tumores de la articulación, “algo excepcional”.

En el caso de los tumores de la articulación, no se suele poner la prótesis a la vez que se extirpa el tumor, sino que se hace en dos tiempos, ya que los resultados funcionales son mejores, “primero, porque te aseguras de que has quitado todo el tumor. Por tanto, cuando retiras la articulación para extirpar el tumor, se pone una epítesis, como una pequeña bola de un material sintético que hace la función de crear una pseudocápsula, que evita que se colapse el espacio de la articulación y le permite abrir la boca al paciente. Si se colapsa, volver a entrar para poner la articulación es muy complicado y hay riesgo de dañar el nervio facial”, explica el especialista.

Pasados unos meses, cuando el equipo médico comprueba que no hay recidiva del tumor, el paciente no presenta dolor y la funcionalidad es buena; llega el momento del recambio articular. En ese sentido, las prótesis son mixtas, ya que están compuestas por titanio y un material sintético de gran dureza y durabilidad. Según el Dr. Montesdeoca, “se ha comprobado que es la mejor combinación y la más duradera, así como la que menos problema de rechazo y desgaste da. Lo que nos interesa es que la prótesis dure 20 o 30 años”.

En la actualidad, por tanto, el beneficio principal de la técnica es recuperar una función y forma articular similar a la que tenía el paciente antes de la extirpación tumoral. “Es decir, devolver la capacidad para comer y para hablar sin limitaciones. Conseguimos recuperar una apertura oral y una masticación normales, así como eliminar el dolor y evitar la necesidad de futuras cirugías”, añade el doctor Álvaro Sada, especialista del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario La Luz.

Un diseño a medida en 3D

Tal y como recuerda el Dr. Néstor Montesdeoca, todo el mundo tiene un cóndilo y una fosa distinta, especialmente después de la extirpación de un tumor, ya que la anatomía cambia completamente tanto en esos casos de tumores como de anquilosis, artrosis, reabsorciones, etcétera. “La anatomía que entendemos como tal ha desaparecido, lo que obliga a diseñar una prótesis en 3D a medida del defecto. El proceso se hace junto con ingenieros biomédicos para asegurarnos de que cumple los requerimientos mecánicos, anatómicos y funcionales específicos de cada paciente. Cuando verificamos que el diseño funciona, lo aprobamos, mandamos a fabricar y operamos al paciente”.

El diseño de la prótesis afecta a oclusión, debe fabricarse de manera que los dientes encajen completamente, “es decir, no sirve de nada que abras y cierres la boca si no consigues que los dientes encajen al cien por cien”. Por tanto, son necesarios registros y escáneres tanto de la cara como de la mordida para que, en la simulación de dónde hay que colocar la prótesis, los dientes contacten adecuadamente con la boca cerrada y la prótesis esté en el lugar deseado, haciendo correctamente el juego de apertura y cierre. Para ello utilizamos guías quirúrgicas de posicionamiento diseñadas específicamente para cada prótesis”, señala el experto.

Una vez que el paciente ha sido operado, necesitará rehabilitación y fisioterapia para que los músculos se vayan adaptando a la nueva posición de la mandíbula. Incluso, algunos de ellos requieren pequeños retoques de la oclusión con ortodoncia para que todo encaje a la perfección.

En ese sentido, el Dr. Álvaro Sada concluye que el procedimiento debe realizarse por equipos que cuenten con experiencia en el manejo de la articulación temporomandibular, “donde se diagnostique, trate y rehabilite la articulación de forma habitual, para lo cual se requiere un enfoque multidisciplinar mediante cirujanos orales y maxilofaciales, odontólogos y fisioterapeutas de la ATM”.

Seguiremos informando…

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