España ha sido elegida por la compañía biofarmacéutica GSK para albergar su primer laboratorio de máximo nivel de bioseguridad (BSL-4). Las obras han comenzado este mes de febrero y se ubicará en el centro de I+D de Salud Global de GSK España en Tres Cantos (Madrid). Además, se prevé que terminen la construcción a finales de este 2024, y la compañía invertirá inicialmente 4,5 millones de euros en las nuevas instalaciones.
Este será el primer laboratorio BSL-4 de una compañía farmacéutica en el mundo. Esto situará la investigación hecha en España a la vanguardia a nivel internacional.
El centro de I+D de GSK ya cuenta con un laboratorio del nivel de bioseguridad inmediatamente anterior, BSL-3, que también es uno de los pocos de una entidad privada en España. En este laboratorio de alta contención biológica se trabaja con agentes biológicos capaces de provocar infecciones graves y letales. La diferencia que aportará el nuevo laboratorio BSL-4 será que se podrá trabajar con agentes biológicos que puedan causar enfermedades graves y para los que no existan tratamientos o métodos de prevención, como vacunas.
En este contexto y, como es evidente, tras la inauguración del laboratorio, solo se permitirá el acceso a un número reducido de empleados que, aunque ya tengan experiencia en laboratorios de biocontención (incluso de bioseguridad tipo 3), recibirán entrenamiento adicional para desarrollar su labor en estas nuevas instalaciones.
Además, esta instalación se prevé que sirva (trabajando en colaboración) como herramienta para afrontar futuras epidemias o pandemias desconocidas en la actualidad, como ocurrió con la Covid-19 en su momento, para las que, en la actualidad, no existen tratamientos o medidas de prevención.
El centro de I+D de Tres Cantos (Madrid)
A día de hoy, en el centro I+D de Tres Cantos trabajan 140 investigadores, de los cuales el 64% son mujeres.
Entrando en materia, este es uno de los pocos laboratorios en el mundo que se dedica a investigar enfermedades infecciosas que afectan, en especial, a países en vías de desarrollo y que suponen una amenaza para la salud en términos globales, como la malaria, la tuberculosis o las enfermedades causadas por kinetoplástidos, como el Chagas o la Leishmaniasis. Recientemente también está investigando en torno a las resistencias a los antibióticos (RAM). Además, en el área de la tuberculosis, el centro lidera desde 2020 algunos de los mayores proyectos científicos para acelerar el desarrollo de antibióticos.
Por otra parte, está previsto que en el nuevo laboratorio BSL-4 se investigue la eficacia de los nuevos tratamientos que se están desarrollando contra microorganismos que han adquirido resistencias que hacen que los tratamientos disponibles no sean eficaces. Por ejemplo, la tuberculosis multirresistente, uno de los grandes desafíos actuales en salud global.
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