El Ministerio de Sanidad ha anunciado que estudia la posibilidad de cubrir el precio de los preservativos para aquellos jóvenes con menor poder adquisitivo y que tengan mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha asegurado que tal y como entra en el Plan Estratégico para la Prevención y Control de las ITS, el ministerio tiene “el compromiso de mejorar la accesibilidad al preservativo”.
Esta medida surge ante el notable incremento en las cifras de infecciones de transmisión sexual, reflejado en el Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual de 2022, que el Ministerio de Sanidad ha publicado en enero de 2024.
Este incremento afecta, sobre todo, a adultos jóvenes de entre 20 y 44 años. Llaman la atención los datos de casos de sífilis y gonorrea en hombres de entre 20 y 34 años, y los casos de clamidia en mujeres. Estas infecciones de transmisión sexual han registrado el pico más alto en las últimas décadas.
Si bien es esencial la prevención de las ITS, antes es necesario promover la educación sexual, sobre todo en los adolescentes.
La base es la educación sexual
Lejos de aprender sobre sexualidad de profesionales formados que les aconsejen y recomienden sobre cómo llevar una vida sexual sana, los adolescentes basan sus conocimientos sobre sexualidad en lo que ven en Internet, redes sociales y, lamentablemente, en el porno.
En otros países europeos, la educación sexual se desarrolla como una materia obligatoria dentro de su formación escolar. En España, sin embargo, retoman una y otra vez un formato que siempre ha fracasado: la transversalidad, que deja la educación sexual en manos del voluntarismo y de profesionales que no están lo suficientemente formados, porque no basta con saber, sino que hay que saber cómo cambiar actitudes e incorporar conocimientos que repercutan en las conductas.
Además, uno de los principales obstáculos para implementar la educación sexual en las aulas es el rechazo de los padres.
Aunque toda ayuda para prevenir las infecciones de transmisión sexual puede resultar favorable, es evidente que se necesita una educación sexual previa que siente unas bases y conocimientos en las nuevas generaciones.
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