Forbes, uno de los medios de noticias más prestigiosas en la inmensidad de la red de redes y los anunciantes ha sido noticia en los últimos días entrando en una crisis de imagen por engañar supuestamente a sus anunciantes y emplazar, sin avisar, su publicidad en una subpágina enfocada deliberadamente al “clickbaiting”.
Según ha contado The Wall Street Journal, que ha sido el primero en dar la noticia. la publicidad de las marcas que pagaron por emplazar sus anuncios en Forbes.com se abrieron paso en su lugar en la web alternativa www3.forbes.com, donde un artículo de 700 palabras habría sido transformado, por ejemplo, en una galería de 34 imágenes en la que el lector habría sido confrontado con 150 anuncios diferentes.
Una acción que ha implicado que los anuncios pagados de las marcas no se distribuyeron como se esperaba en el medio especializado y frente a su audiencia habitual, sino que fueron colocados en un entorno simulado sobrecargado de publicidad y dirigido a una audiencia distinta.
No obstante, después de que The Wall Street Journal publicara el informe en el que se refería a las prácticas publicitarias fraudulentas de Forbes, la web www3.forbes.com dejó de estar operativa. Y es que, la reputada web de noticias argumenta en todo caso que esta web fraudulenta canalizó de manera incorrecta solo un volumen muy bajo de anuncios online.
Concretamente, Forbes ha responsabilizado a Media.net, una empresa de tecnología publicitaria que administra el software de compra de anuncios del medio, por esta situación. Sin embargo, a pesar de la afirmación de la revista de que la actividad en este “subdominio” afectó solo una pequeña parte de las impresiones publicitarias, investigaciones de Adalytics indican que marcas como McDonald’s, Disney, Microsoft, JPMorgan Chase, American Express, The New York Times y The Wall Street Journal publicaron sus anuncios en el sitio alternativo de Forbes.
Efectos colaterales de los sitios web fraudulentos
Ahora bien, este contexto no es la primera vez que se vive en el sector. Durante años la industria de la publicidad online ha tenido que luchar sistemáticamente con la acusación, perfectamente fundamentada, de que los anuncios terminan desplegándose en lugares completamente diferentes de lo que se promete a priori a los anunciantes.
Un problema que también afecta a los medios online haciendo que en muchas ocasiones los ingresos publicitarios que deberían ir a las arcas de quienes producen contenidos periodísticos de calidad terminen en los bolsillos de estafadores y proveedores de reputación dudosa. Un problema que, en parte, proviene de contratar campañas de publicidad online a través de grandes “marketpalces” donde los espacios publicitarios se subastan y se vender al mejor postor en milésimas de segundos.
La Asociación Nacional de Anunciantes (ANA) de Estados Unidos estima que más de una décima parte de los ingresos emanados de la publicidad recala en este tipo de webs fraudulentas, lo cual se traduce en unas pérdidas de más de 10.000 millones de dólares solo en el país norteamericano.
Por tanto, expertos en publicidad han señalado que el subdominio de Forbes entraría en esta categoría de sitios “made for advertisement” (MFA), espacios digitales que muestran una gran cantidad de anuncios entre contenido de dudosa calidad afectndoa tanto a la experiencia de usuario como a la eficacia publicitaria y por tanto, a la imagen y prestigio de la web.
Por su parte, los anunciantes afectados, al enterarse de que entre el 10% y el 28% de las impresiones de anuncios comprados a Forbes.com desde 2022 aparecieron en el sitio alternativo, tampoco se han quedado callados y han expresado su preocupación planeadon reclamar reembolsos por sus inversiones.
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