La crisis institucional que atraviesa RTVE ha salpicado también a los trabajadores de la Corporación. Desde los sindicatos que los representan han hecho un llamamiento con el que pretenden recobrar el orden y la serenidad dentro de la Corporación.
No lo han hecho sin lanzar un duro ataque a quien, en su opinión, es la única responsable de haber llegado a esta situación. Elena Sánchez se ha convertido en el centro único de las críticas de sindicatos con representación en RTVE, como es el caso de UGT. La culpabilizan de “haber elevado la tensión de RTVE a dimensiones históricas” y la acusan de crear un consejo de administración paralelo al oficial.
Para ellos, el verdadero problema que ha existido en RTVE en el último año es que la que ha sido presidenta en funciones ha trabajado para imponer sus “irrefrenables deseos de implantar su modelo en RTVE”. Y de aquellos polvos, estos lodos.
Guerra soterrada
Responsabilizan a Elena Sánchez de haber sido la artífice de una guerra de poder que ha dejado asolada RTVE y que ha dañado fuertemente la imagen de la marca y la institución. Una herida que afecta de lleno a los trabajadores y que va mucho más allá de los fichajes de la Corporación -en referencia a David Broncano- que sólo han servido de cortina de humo para apartar la atención de lo que se estaba fraguando.
No obstante, Elena Sánchez ha mantenido el mismo perfil desde que fue cesada como presidenta, sin participar en ninguna de las reuniones del consejo después de su cese. A pesar de eso, este miércoles RTVE ha conseguido aprobar -en el cuarto intento- el fichaje de David Broncano para las dos próximas temporadas. Una decisión que ha servido como punta de lanza para dividir a un consejo y a una Corporación con la imagen más dañada de los últimos tiempos.
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