La Cadena SER disfruta de uno de sus momentos más dulces de los últimos años. Su autoridad como líder de la radio de nuestro país es incontestable, siendo la emisora más escuchada y pudiendo presumir de récords históricos en sus tardes y sus noches gracias a Carles Francino y Aimar Bretos.
Ante estos números y con una Àngels Barceló que ha ganado claramente el pulso a Carlos Herrera y que mantiene a las mañanas como líder indiscutible de su franja, son pocos los cambios que se esperan en Gran Vía 32 de cara al curso que viene. El del próximo jueves es un EGM en el que la emisora se juega poco. Es difícil que, a punto de entrar en la recta final de la temporada, las cosas se tuerzan en la emisora de Prisa.
Sólo el área de Deportes sigue siendo el talón de Aquiles de la radio más escuchada en nuestro país. El larguero de Manu Carreño sigue una evolución inestable cediendo el mandato de las noches deportivas a la COPE. Y Carrusel Deportivo sigue compartiendo liderazgo al 50% con Tiempo de juego en las tardes del fin de semana.
COPE, a la caza de la SER
Ante este escenario, COPE solo puede intentar recortar distancias. A favor cuenta con haber asegurado el compromiso de Carlos Herrera, su gran estandarte de cara a las audiencias, de cara a la próxima temporada; la última que tiene estipulada por contrato. En la emisora de los obispos, tampoco se esperan grandes cambios de cara al próximo mes de septiembre. En el horizonte están pendientes las renovaciones de Herrera y las del equipo de Deportes, con contrato vigente hasta 2025.
Desde Onda Cero han confirmado cambios de calado de cara a la próxima temporada antes de conocer los resultados de la primera ola del EGM. Julia Otero no estará al frente de las tardes después de 17 años y dará el salto a los fines de semana, haciendo un intercambio de franjas con Jaime Cantizano. Lo hace habiendo cerrado el último ejercicio con más de dos millones de oyentes y con un Carlos Alsina al alza, que aspira a batir un nuevo récord si logra alcanza el millón y medio de oyentes.
Esto, en cuanto a las principales emisoras privadas. En el caso de la pública, RNE necesita retomar la senda alcista que había logrado mantener en el ecuador de la temporada pasada. Cerró el año con una nueva pérdida de oyentes y dejando atrás la referencia del millón de fieles, con 924.000, además de sufrir una caída generalizada de oyentes en los programas vertebrales de su programación.
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