No hay nadie al volante. Esa es la sensación que transmite RTVE desde que José Pablo López fuera cesado como director de Contenidos. El malagueño salió por la puerta de atrás de una corporación pública que horas después también acabaría descabezada.
Aquel cisma, que acabó con la exmilitante socialista Concepción Cascajosa como presidenta interina, ha dejado al ente en una situación crítica. A escasas semanas para que concluya la temporada, Televisión Española ha perdido la segunda plaza, que ha pasado a ostentar Telecinco.
La falta de acierto por parte de José Pablo López durante sus últimos meses de mandato ha llevado a La 1 situarse por detrás de una Telecinco que tampoco atraviesa su mejor momento. Sin embargo, actualmente la cadena de Mediaset supera por más de punto y medio a la de TVE.
Y entra tanto, la corporación continúa sin encontrar un director de Contenidos de cara a una nueva temporada que se antoja, cuanto menos, turbulenta. El último “servicio” que José Pablo López hizo para RTVE fue traerse a David Broncano.
El que hasta ahora sigue siendo estrella de Movistar Plus+ saltará a La 1 a partir de septiembre en un movimiento difícil de justificar, especialmente en términos económicos y políticos. Porque la llegada del humorista andaluz a TVE es, ante todo, una maniobra pergeñada desde Moncloa para minimizar a El Hormiguero.
Hasta ahora, las labores de dirección de Contenidos han quedado desprovistas de un mando unificado. Sin embargo, conforme avanzan las semanas, a RTVE le urge designar a un profesional que esté a la altura del cargo, especialmente tras la controversia que ha generado la etapa de José Pablo López.
Concepción Cascajosa, ¿hasta cuándo?
Cuando Concepción Cascajosa fue elegida como presidenta interina de RTVE aseguró que su mandato duraría apenas cinco meses. Si todo va según lo previsto, abandonará la presidencia a finales de agosto, justo antes de que arranque la temporada televisiva.
Una fecha señalada en rojo para la corporación, pues a partir de entonces se abrirá un nuevo escenario marcado por la incertidumbre. La compleja composición parlamentaria no invita al optimismo, por lo que un pacto entre PP y PSOE para designar un nuevo presidente para RTVE se antoja muy complicado.
Sea como fuere, las circunstancias excepcionales que imperan en la corporación pública auguran un futuro muy oscuro. Con la audiencia otra vez de capa caída y las cuentas pendientes -y enquistadas- que arrastra, difícilmente se puede esperar que los próximos meses sean más tranquilos en Prado del Rey.
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