La entrevista del pasado viernes demostró, una vez más, que Pedro Sánchez se mueve bien en esa “maquinaria del fango” que dice denunciar. El jefe del Ejecutivo aludió a que su esposa había enviado cartas de rectificación a los medios que publicaron informaciones sobre su relación con determinadas empresas. Pero lo cierto es que no fue así. Consta, por ejemplo, que remitió una misiva -género, ahora, muy de moda- a ‘El Confidencial’ de Totoyo y Cardero. La carta, según parece, estaba escrita de tal forma que, tal y como cuenta con jocosidad algún miembro de la redacción, a Cardero estuvo a punto de revertirle la alopecia por la sarta de sinsentidos, incongruencias y peticiones, más propias de quien lleva años viviendo en una burbuja que de una persona asesorada legalmente. Pero tampoco se le puede pedir más a Sánchez, Verbo hecho carne, que tildó de “cartas de referencia” las presuntas cartas de recomendación de su esposa. Por cierto, Feijóo sigue esperando disculpas por usar el bulo de ‘Infolibre’ en sede parlamentaria sobre su pareja.
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