En la Tierra a lunes, noviembre 18, 2024

SEGÚN UN ESTUDIO DESARROLLADO POR EL INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS DE ALICANTE, EN COLABORACIÓN CON CSIC, UMH Y IMIB

Los dientes de leche podrían ayudar en el desarrollo de terapias para enfermedades raras

SE HA CONSEGUIDO OBTENER NEURONAS FUNCIONALES A PARTIR DE CÉLULAS DE LA PULPA DENTAL O DIENTES DE LECHE

Ahora mismo el equipo trabaja a partir de ese modelo de células y de neuronas humanas procedentes de personas con enfermedades raras, en este caso de niños, gracias a los dientes de leche que se caen. Hasta el momento se ha trabajado en niños con autismo, síndrome de Rett, adrenoleucoditrofia y otras leucodistrofias

Los dientes de leche pueden ayudar en la investigación de la elaboración de terapias para tratar enfermedades raras. Desde hace seis años un equipo dirigido por Salvador Martínez en el Instituto de Neurociencias de Alicante (IN), centro conjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), en colaboración con el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), ha llevado a cabo un estudio pionero a nivel internacional en el que se ha conseguido obtener neuronas funcionales a partir de células de la pulpa dental o dientes de leche. 

“En anteriores investigaciones estadounidenses se señaló la importancia que tienen las células presentes en la pulpa dental en su utilización como tratamiento para diferentes patologías”, explica Patricia Gillem, catedrática de Epidemiología, Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad Europea de Valencia. Ahora, añade, “este grupo de científicos españoles publica resultados muy prometedores a cerca de la obtención de células madre del interior de la pulpa de dientes de leche y su aplicación como celuloterapia en niños con enfermedades raras que cursen con discapacidad intelectual. Las células sanas extraídas, convertidas en nuevas neuronas y promovidas por factores neurotróficos ayudarían a reemplazar células muertas o dañadas mejorando la función del Sistema Nervioso Central”.

Ahora mismo el equipo de Salvador Martinez trabaja a partir de ese modelo de células y de neuronas humanas procedentes de personas con enfermedades raras, en este caso de niños, gracias a los dientes de leche que se caen. Hasta el momento se ha trabajado en niños con autismo, síndrome de Rett, adrenoleucoditrofia y otras leucodistrofias.

Actualmente, a través de una colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) se va a intentar llegar hasta pacientes con estas patologías para que puedan ayudar a la investigación. A día de hoy, los investigadores pueden derivar células de más del 80% de los dientes que reciben, según explica Martínez.

Así, el estudio persigue la creación de un banco de células de dientes de leche con enfermedades raras para facilitar la adquisición de muestras a los investigadores interesados en avanzar en terapias personalizadas para niños con enfermedades raras relacionadas con el sistema nervioso.

Obtención de células madre

Como indican los propios investigadores, la obtención de dichas células es no invasiva (se realiza en condiciones in vitro) y previamente, los pacientes habrían perdido sus piezas dentales de forma natural o por extracción. “Recordemos que este cambio de dentición (de temporal/decídua a permanente) ocurre entre los 5 y los 11 años”, señala la catedrática.

Patricia Gillem explica que “las células madre dan origen a todos los tejidos y órganos (cerebro, corazón, hígado, piel). Se consideran multipotenciales, tienen la capacidad de autorreplicarse (clonarse a sí mismas) y en condiciones controladas pueden multiplicarse rápidamente y diferenciarse en otros tipos celulares incluso tejidos ayudando también a reparar al sistema inmunitario”. En cuanto a la obtención de estas células madre, actualmente existen cinco fuentes: médula ósea, cordón umbilical, tejido adiposo, embriones congelados y la pulpa dental.

En este contexto, “su aplicación como terapia celular tiene líneas de investigación reconocidas como la regeneración de huesos destruidos porquistes/tumores, la diferenciación en células beta pancreáticas para la producción de insulina y la regeneración de nuevas córneas, entre otras”, concluye Gillem.

Seguiremos informando…

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