Finalmente, José María Albalad no entrará en la alta dirección de Ábside Media. La Operación Retorno del que se considera como un protegido de Fernando Giménez Barriocanal se ha venido abajo en vísperas de la celebración de la Junta de Accionistas de Ábside Media, que tendrá lugar el próximo día 20.
La entrada de Albalad en la cúpula de Ábside Media era uno de los asuntos que se manejaban en lo más alto de la Conferencia Episcopal desde hacía semanas, achacando el intento a Barriocanal, máximo guardián de los dineros de los obispos españoles y ‘supervisor’, de facto, de los movimientos en el grupo editorial de la Iglesia española, sobre el que nunca ha querido perder influencia.
Esta posibilidad de que Albalad pudiese retornar al viejo caserón de Alfonso XI con un puesto elevado, tras su salida como vicepresidente del área radiofónica, produjo movimientos internos, tanto en Ábside como en la propia Conferencia Episcopal, para cerrar el paso a su plasmación.
La operación, contada en detalle por PRNoticias, cayó como una bomba en ambos círculos, que habían llevado la cuestión con discreción. La situación llevó, incluso, a que hubiera fuentes interesadas en desmentir la relación entre Albalad y Barriocanal o la de éste con algunos de los directores regionales que le han puesto la proa a Ana Aguado, directora comercial de COPE, una de las mujeres de confianza del consejero delegado, Javier Visiers. Tampoco faltó quien auguró un ‘chasco’ en la Junta de Accionistas que no se producirá, ya que se ha placado la intentona. Algunos de los comentarios, por cierto, darán para unas risas a los conocedores de los entresijos del asunto.
Y es que la Operación Retorno ha salido mal. No sólo no está previsto que Albalad retorne a Ábside Media, sino que ha contribuido al ‘blindaje’ de Javier Visiers, respaldado, por cierto, por un ‘peso pesado’ de la emisora como Carlos Herrera, del que se ha hecho un habitual en sus saraos.
Otra cuestión pendiente es conocer hasta dónde van a tolerar los obispos el patinazo del Informe Cremades y el monto de las indemnizaciones a pagar. No faltan quienes andan más que hartos de contubernios y están dispuestos a cortar alas. Y no precisamente de ángeles. Los designios del Señor, ya se sabe, son inescrutables.
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