En la Tierra a miércoles, junio 26, 2024

SÁNCHEZ MANTIENE EL RESPIRADOR DE LA LIDERESA QUE SE QUEDA SIN PARTIDO

La Yoli (y sus amigos) se van por el sumidero

LOS PODEMITAS SE CONFORMAN CON ESTAR, AUNQUE SEA SOLOS

Que Sumar haya pasado a ser Restar tiene bailando a los de Podemos. Cosa llamativa, teniendo en cuenta que nos movemos en un terreno cada vez de mayor marginalidad. Y no es que Pablo Iglesias y sus sacerdotisas estén para dar lecciones..

Una década después de la creación del partido morado, apenas quedan ruinas, salvo un chalé en Galapagar, unas cuentas corrientes más abultadas y el negocio mediático-político-gastronómico de un Roures de Alí Express que cualquier día, como Arsenio Escolar, pide el ingreso en la CEOE, o en Cepyme, que es prácticamente lo mismo.

Las cosas de la marginalidad, en la marginalidad se quedan. Cero más cero siempre suma cero, y la Yoli (¡un besiño!) vive porque Pedro Sánchez sigue manteniendo conectado el respirador. Más interesante es observar quienes, en otro tiempo, suspiraban por sus huesitos. Y es que Sumar se montó, básicamente, para aunar a los que estaban hasta el gorro de Iglesias y su secta. Sin embargo, hubo quien, como el gurú Iván Redondo, llegó a vislumbrar a la Yoli como futurible presidenta del Gobierno.

El bueno de Redondo, que ya se bajó de ese tren en marcha hace tiempo, anda ahora defendiéndose con videos justificativos sobre cómo hace un año él ya no veía a la Yoli como alternativa a Pedro Sánchez. Que se lo diga a Enric Juliana, a ser posible en italiano. Desde luego, la Yoli no es Togliatti. Pero Juliana tampoco es Gramsci.

¡Pobre Redondo! Al menos, concedámosle el beneficio de la duda y demos por válido que él sí vio venir lo de la gallega. Otras, desde luego, no le aparecieron en el radar, como la conspiración de los hermanos Dalton de Prisa que le descabalgó de Moncloa. Bien está lo que bien acaba. Aunque en esta historia, no está claro que todo haya terminado con final feliz.

Un liderazgo que se desvanece

El drama de Sumar y su conversión en Restar ilustra la fragilidad de los proyectos políticos cuando no tienen una base sólida de apoyo y coherencia ideológica. Los proyectos personalistas, aunque inicialmente prometedores, a menudo terminan desmoronándose cuando los líderes pierden el rumbo o la conexión con sus bases. Este fenómeno no es exclusivo de Sumar; muchos movimientos políticos han sufrido el mismo destino cuando sus líderes se han alejado de las realidades y necesidades de sus seguidores.

La desintegración de Podemos

Podemos, una vez un faro de esperanza para muchos desilusionados con el bipartidismo español, ha visto cómo sus estructuras se han erosionado con el tiempo. La promesa de una nueva política se ha visto ensombrecida por luchas internas, divisiones ideológicas y una desconexión creciente entre la dirigencia y las bases. La transición de liderazgo de Iglesias a la Yoli fue vista como una oportunidad para renovar el partido, pero en lugar de revitalizarlo, ha profundizado la crisis.

¿Futuro incierto?

La situación actual de Sumar y Podemos refleja un futuro incierto para estos movimientos. Mientras que algunos analistas creen que todavía hay una oportunidad para una reestructuración y recuperación, otros son más pesimistas y ven un largo periodo de irrelevancia política. Lo que está claro es que, sin un liderazgo fuerte y una visión clara, cualquier esfuerzo por recuperar la relevancia será difícil, más si no se cuenta con el beneplácito de Moncloa que son los verdaderos creadores de estas formaciones.

La política es un campo en constante cambio, donde la adaptabilidad y la conexión con los votantes son esenciales. La historia de Sumar y Podemos es un recordatorio de que incluso los movimientos más prometedores pueden desmoronarse si no se manejan adecuadamente.

¡Un besiño!

Seguiremos InfOpinando…

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