Un director de Comunicación, Tolo Moya, en la picota, y unos dirigentes sumidos en el silencio más absoluto. En apenas unos días, el diario independentista ‘Ara’, propiedad de Fernando Rodés -vinculado a una amplia saga familiar ligada al mundo de la comunicación- ponía contra las cuerdas a ERC, por unos carteles apócrifos contra los hermanos Maragall que han resultado no serlo tanto. Y es que el citado periódico apuntaba a operativos internos de ERC como autores de la campaña que, bajo el lema “Fuera el Alzheimer de Barcelona”, mostraba a los hermanos Maragall, uno de ellos, precisamente, miembro destacado de la formación independentista.
El episodio es uno más de las luchas fratricidas que se viven en el interior del independentismo catalán e incluso dentro de las propias formaciones. Algo podría contar Jaume Giró, el sujeto que aspiró a ser Josep Tarradellas y que pasó de amparar a la Infanta en laCaixa a ser conseller de Economía ‘indepe’. Pero no es el único caso, y lo de Maragall lo pone de manifiesto.
El propio Maragall ha señalado directamente al director de Comunicación de ERC, Tolo Moya, que bajo una apariencia de universitario y experto habría sido el responsable de pergeñar la operación de falsa bandera contra el conmilitón de su partido. La cuestión es saber si Moya actuó por cuenta propia -teoría que pocos valoran- o requerido por algún superior del partido.
El asunto ha puesto de los nervios a múltiples miembros de la formación. Sorprende el silencio y las declaraciones ‘perfileras’ de algunos de los máximos dirigentes de ERC, así como del propio Moya, que, según ciertos medios ‘indepes’, ya no sería ‘dircom’ de la formación, aunque no se le habría comunicado el cese.
Todo apunta a que la cuestión ha pillado, literalmente, en bragas a la cúpula de ERC y nadie quiere mojarse con respecto a una trama que todavía no se sabe hasta dónde llega.
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