De forma silenciosa y bajo perfiles discretos un reducido grupo de empresarios españoles ligados a la izquierda ha conseguido hacerse un hueco en Prisa. Unidos se convierten en el segundo accionista con más poder dentro de la compañía, sólo superados por la Amber Capital que dirige su presidente Joseph Oughourlian.
Mientras que Amber cuenta con el 29,9% del paquete accionarial, la emisión de bonos convertibles ha abierto las puertas a un perfil nuevo dentro del paquete accionarial que ha logrado convertirse en una referencia dentro de sus accionistas. Un conglomerado de empresarios que coincide en forma y fondo y que cuentan con más del 18% del paquete accionarial.
Una lista que engrosan Global Alconaba, con un 7,3% de las acciones; Adolfo Utor, con un 5,4% o el recientemente aterrizado Diego Prieto, con un 3%. A esos habría que sumar accionistas minoritarios que cuentan con un paquete accionarial inferior al 3% que no rinden cuentas a la CNMV, entre los que estarían nombres como Miguel Contreras.
Futuro incierto
Unidos, superan a nombres de referencia dentro del grupo de accionistas de Prisa como es Viviendi, con un 11,5% de las acciones o figuras de calado como Carlos Slim, con el 7%; la familia Polanco, con el 7,6% o el Banco Santander, con el 4%.
En la hoja de ruta de la compañía, la primera parada pasa por arreglar sus problemas financieros, algo para lo que no se descartan herramientas de ayuda como la venta de parte de la compañía. No obstante, desde la dirección de Prisa, tiran balones fuera y aseguran que no se tocarán los pilares fundamentales.
No obstante, sean cuáles sean los pasos que marque Oughourlian, las fuerzas internas de la compañía han dado sus primeros pasos para asentar alianzas claves de cara a un futuro próximo por el control de la compañía.
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