Una imagen resumen el importante papel de la exdirectora general de Trece y de las emisores musicales de la Conferencia Episcopal, Montserrat Lluís, en su cargo como vicesecretaria de Acción de Gobierno de Vox: su aparición, durante las deliberaciones y posterior rueda de prensa de la cúpula del partido, al lado de Santiago Abascal, para decidir la ruptura de los Gobiernos autonómicos de coalición junto al PP.
A nadie se le ha escapado que en estas jornadas Lluís ha tenido una posición, como siempre, discreta pero importante, trasladada -sólo para los más avezados en la intricada y complicada realidad interna del partido de Santiago Abascal- en sus apariciones en segundo plano, pero cercanas, al líder de la formación.
No son pocos los que apuntan al hecho de que Lluís, constituida un pilar de Vox desde su llegada a la dirección nacional en Madrid, se encuentra donde se encuentra gracias a una de las operaciones de la mente preclara del gestor de los dineros de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal. Diversas fuentes de COPE y Trece coinciden en señalar que Barriocanal, como viene siendo habitual, fue decisivo a la hora de conseguir la salida de Lluís de Ábside Media, el grupo de medios de comunicación de los obispos españoles.
Sin embargo, no todos tienen claro que esa salida haya sido para mejor. Lluís, que estaba al frente de la cadena de televisión de los obispos (‘refugium peccatorum’ de nombres desahuciados como Antonio Jiménez o Ana Samboal) y de las emisoras musicales, ha conseguido mucho más poder en la sombra en Vox del que tenía trabajando para Ábside Media. Y lo está haciendo notar.
Lo cierto es que su desembarco en Vox, a donde llegó tras su ‘expulsión’ de Ábside, todavía sigue rodeado de una cierta aureola de misterio. Menos desconocida es su labor como delegada en la sombra de Madrid en la Junta de Castilla y León, donde contribuyó a limar asperezas con los populares y a arreglar algunas de las pasadas de rosca de Juan García-Gallardo. Una labor en la que destacó y que hizo que la dirección de Vox, con el plácet de Tizona y sus asesores, la trasladase a Madrid con cargo de vicesecretaria nacional.
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