La decisión de un tribunal federal estadounidense de condenar a Google por incumplir las leyes antimonopolio se ha colado en todos los medios de comunicación. Algo que ha llevado a recordar que, en nuestro país, la tecnológica está abonada a decisiones y entidades polémicas.
Y es que la división española de Google también tiene sus cuestiones peculiares. Por ejemplo, su apoyo al famoso máster de transformación social competitiva puesto en marcha por la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, que ha dado lugar al llamado ‘caso Begoña’ que estos días investiga el juez Peinado.
Un supuesto ‘affaire’ de negocios con tufo a tráfico de influencias que ha salpicado a Google por su participación en el desarrollo de la ‘app’ vinculada a dicho master. Y más después de que, según los observadores de dicho ámbito, el Ejecutivo de Sánchez haya mutado de su apoyo a la ‘tasa Google’ a la retirada de ésta y a gestos de apoyo a las grandes tecnológicas.
Para ahondar en la herida, no faltan quienes recuerdan que el hombre fuerte de Google en España es Miguel Escassi, un ‘pata negra’ socialista que pasó por el Ministerio de Nadia Calviño antes de entrar en la tecnológica y que, con anterioridad, ejerció como secretario general del PSOE en Chile, según llegó a afirmar en un artículo publicado en ‘ElDiario.es’ en 2016.
La filiación socialista de Escassi ha llevado a consideraciones diversas. Y no sólo por el apoyo al máster de Begoña Gómez, sino también por la controvertida contratación de Harmon, donde anida otro compañero de partido, Eduardo Madina, para hacer ‘lobby’ a favor de Google.
Tampoco deja de llamar la atención que Escassi haya apoyado las actividades de CLABE (Club Abierto de Editores), el chiringuito de Arsenio Escolar que, para despiporre del sector, montó unas jornadas sobre desinformación -en las que participó el directivo de Google, “patrocinador Oro” de las mismas- a través de una asociación que cuenta entre sus asociados a la agencia estatal de noticias de China. O sea, un instrumento de pura propaganda del régimen chino.
De hecho, en el sector de medios cunde la opinión generalizada de que CLABE (curiosamente, enquistada en la CEOE a través de CEPYME) contribuye a dar visibilidad a las posiciones de Google.
Y es que no faltan quienes recuerdan cuando, años atrás, el patriarca de los Escolar, a través de la Asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas (AEPPP) -mutada, en 2020, en CLABE-, se mostraba contrario a la ‘tasa Google’ porque “nos da visibilidad, nos parece un disparate cobrarles”, según afirmaba en diversas entrevistas. Una postura, la de AEPPP–Escolar, que contrastaba con la de la Asociación de Editores Españoles (AEDE), mucho más beligerante contra el buscador por su tufo a monopolio y por la indexación de contenidos de terceros. En aquella batalla terció otro Escolar, Ignacio, que puso el digital que dirige en las posiciones marcadas por el progenitor.
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