Las olas de calor son cada vez más frecuentes y, en consecuencia, los veranos son más tórridos. En este sentido, es especialmente importante estar atento a las patologías y problemas de salud que el calor provoca, y saber cómo prevenirlas. Entre las principales encontramos la deshidratación y las infecciones gastrointestinales.
En concreto, la deshidratación, resulta de la pérdida excesiva de líquidos, lo que puede conducir a complicaciones graves, especialmente en niños y personas mayores. Además, el calor facilita la proliferación de bacterias en alimentos y agua, incrementando así los casos de infecciones gastrointestinales como diarreas y otros trastornos.
Dr. Alfredo Gil, nutricionista y miembro de Doctoralia, nos da algunas claves para combatir las altas temperaturas a través de la nutrición:
“Es muy importante llevar a cabo una buena hidratación y acompañar las comidas con agua en vez de alcohol o refrescos. Debemos tener en cuenta que la hidratación es un aspecto fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Somos mayormente agua, y esta se emplea en funciones esenciales para nuestro organismo como la regulación de la temperatura corporal, las funciones a nivel celular o la eliminación de residuos, entre otros. Asimismo, es muy recomendable que las comidas sean fáciles de digerir y evitar aquellas comidas más copiosas. Además, durante el verano, es aconsejable ingerir alimentos frescos con un alto porcentaje de agua, vitaminas y minerales en su composición. Durante el período estival, al igual que el resto del año, debemos evitar las grasas saturadas, la comida rápida o los ultraprocesados.”
Las altas temperaturas también propician el crecimiento y reproducción de bacterias que ingerimos sin darnos cuenta. Los alimentos tienen un proceso de descomposición más rápido debido al calor y esto nos puede provocar infecciones gastrointestinales o gastroenteritis. Nuestros expertos recomiendan:
- Desinfecta bien frutas y verduras
- Asegúrate que tomas agua embotellada
- Presta atención al estado de los productos si consumes alimentos de puestos de comida en la calle
- Lávate las manos antes de comer y después de ir al baño
- Mantén todos los alimentos refrigerados para evitar su descomposición
- Asegúrate que los alimentos refrigerados estén en buenas condiciones
¿Cómo sería el menú perfecto en verano?
“En verano, las comidas deben de ser caseras y sencillas, pero nutritivas y sabrosas. Por ello, aunque en ocasiones se nos antojan comidas calóricas, lo importante es llevar una dieta equilibrada con buenas técnicas culinarias y alejarnos de las frituras”, indica la Dra. Karen De Isidro, dietista nutricionista y miembro de Doctoralia.
Para la Dra. Karen De Isidro, un buen menú veraniego incluiría:
“Aunque parezca lo contrario, las especias picantes o tés calientes benefician a nuestro termostato corporal, ya que provocan un aumento de temperatura semejante a la temperatura del exterior, aumentando así el sudor y la evaporación de la piel que a su vez nos crea frescor”, afirma la doctora.
En palabras de la Dra. De Isidro: “En verano, solemos tener una alimentación más desequilibrada que dificulta tener una adecuada temperatura corporal. En primer lugar, debemos evitar los refrescos y el alcohol y sustituirlos por opciones más saludables como el agua. Asimismo, hay que evitar azúcares refinados como la bollería o la comida ultraprocesada”. Y añade: “Aunque parezca paradójico, debemos evitar los alimentos muy fríos, ya que aunque al principio nos provocan frescor, después el organismo aumenta la temperatura para contrarrestar el frío. ¡Esto aplica también al agua!”.
La Dra. también nos recuerda que antes de seguir cualquier dieta es importante consultar siempre con un especialista para conocer nuestras necesidades nutricionales, que pueden variar por diversos motivos, como por ejemplo la edad o las patologías.
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