Desde la crisis financiera de 2008 y el rescate bancario de 2012, los bancos españoles han experimentado una mejora importante tanto en su liderazgo internacional, como en su reputación, gracias a la reestructuración, fusiones (como CaixaBank y Bankia) y las reformas regulatorias impuestas por el Banco Central Europeo (BCE).
Sin embargo, y a pesar del avance experimentado en su posición financiera a nivel europeo y global, el último estudio RepCore® Banca 2024, que mide la reputación de estas entidades en un total de 15 países, destaca que España cuenta actualmente con el indicador de reputación más bajo de todos ellos.
En concreto, bancos conocidos por todos como BBVA, Sabadel,, CaixaBank o Santander demuestran sus mayores debilidades en atributos como: “acceso al crédito” y “promoción de la educación financiera”. Mientras que por el contrario, las mayores fortalezas sobre las que anclar el posicionamiento del sector y en las que la percepción es más positiva son la “experiencia o trayectoria en el país”, la “igualdad (no discriminación) de las personas”, la “seguridad de las operaciones” y el “desarrollo tecnológico”.
Los criterios ESG, clave para la construcción de la reputación
Ideas a las que, en plena transformación de los propósitos empresariales experimentada por todos los sectores, hay que añadirles la importancia de las dimensiones relacionadas con los criterios ESG, las cuáles explican casi la mitad de la reputación de los bancos. Por lo que, en general, el impacto social positivo y el comportamiento ético son exigencias de la sociedad especialmente relevantes para las entidades financieras.
Pero, debido a unas estrategias de comunicación que por el momento son débiles en este aspecto, los consumidores declaran no tener muy claro cómo los bancos contribuyen a la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático, centrándose únicamente en cuestiones anecdóticas como el ahorro de papel o el fomento del reciclaje. Prácticamente ningún entrevistado hace referencia a la aplicación de filtros medioambientales en la toma de decisiones de concesión de créditos, lo que sugiere una importante oportunidad para el sector de divulgar su rol instrumental como agentes positivos de cambio en la sociedad.
Eso sí, es muy importante el cómo divulgar respecto a estos temas y es que, la falta de confianza latente a nivel social en los bancos, lleva a que a pesar de estos esfuerzos, algunas personas sean escépticas y perciban que algunas iniciativas verdes de los bancos son más marketing que un verdadero compromiso.
Una instalada desconfianza entre las entidades bancarias
En definitiva, la reputación actual de los bancos españoles es una combinación de avances en términos de estabilidad y solidez financiera, pero también persiste una desconfianza significativa entre el público, agravada por la percepción de que los bancos no siempre actúan en favor de los intereses de los clientes.
Aunque el sector ha logrado posicionarse como un líder en transformación digital y ha mejorado su enfoque en sostenibilidad, aún enfrenta desafíos importantes relacionados con la confianza pública, la competencia de las fintech y las expectativas sociales sobre su papel en la economía.
En palabras de Ana Botín, Presidenta Ejecutiva del Banco Santander, respecto a esta situación: “La confianza es la base de cualquier relación. Nuestro compromiso es hacer banca de una manera sencilla, personal y justa, buscando siempre el beneficio a largo plazo de nuestros clientes, empleados, accionistas y la sociedad en su conjunto.” A lo que añade que: “El cambio climático es el mayor desafío de nuestra generación, y en Santander estamos decididos a hacer nuestra parte para apoyar la transición hacia una economía baja en carbono.”
Seguiremos comunicando…