Los rumores sobre la nueva televisión de Prisa cogen fuerza coincidiendo con la recuperación de la actividad política. El Gobierno quiere que su mayor apoyo mediático -junto a RTVE– cuente con una licencia TDT para emitir y hacer de contrapeso a otros grupos mediáticos más escorados a la derecha, como Atresmedia.
Se trata de una operación en la que Pedro Sánchez y sus acólitos llevan trabajando desde hace tiempo, pues consideran que la constante guerra política demanda un nuevo actor en la industria audiovisual, en este caso, afín a los intereses de La Moncloa. Sin embargo, desde Prisa no ven tan clara la jugada.
Existen voces que se oponen a este proyecto, principalmente por los riesgos económicos que asumiría la compañía. Cabe recordar que Prisa tiene una deuda de 776 millones de euros, y los ingresos económicos derivados del mercado publicitario en televisión son inciertos; sobre todo, porque Atresmedia y Mediaset acaparan un porcentaje muy elevado de los mismos.
También hay quienes ven este desembarco televisivo como una continuación de Prisa Media, que actualmente es una de las mayores fuentes de ingresos del grupo. Precisamente, son los directivos más próximos a esta área quienes ven la vuelta a la pequeña pantalla como una gran oportunidad de negocio ahora que las diferentes marcas audiovisuales del grupo operan bajo la misma marca y cuentan con una dirección centralizada.
Las necesidades de Sánchez mandan
Es de esperar que las necesidades del Ejecutivo y las voces favorables al proyecto se impongan. Tanto es así que en las últimas semanas todo se ha acelerado para que, antes de final de año, la televisión de Prisa sea una realidad.
Cabe recordar que Pedro Sánchez es el único presidente del Gobierno que no ha concedido licencias de televisión, a excepción de Leopoldo Calvo-Sotelo. Una anomalía que contrasta con la de gobiernos anteriores. El más reciente, el de Mariano Rajoy, que aprobó las licencias de hasta seis nuevas cadenas de TDT.
Si todo sale como está previsto, Prisa tendrá una cadena otra vez tras las aventuras de Canal+ y Cuatro. Pero la compañía que dirige Joseph Oughourlian no sería el único gran grupo mediático en hacerse con una televisión. Tal como contamos en PRNoticias, El Español también opta a la adjudicación de otra cadena.
La maniobra del Gobierno pasa, pues, por contentar “a derecha e izquierda”. Es decir, conceder una licencia a Prisa para contrarrestar al poder mediático que ostenta la derecha sin descuidar a los más críticos con su gestión, como es el grupo del diario que dirige Pedro J. Ramírez.
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