Actualmente, la proliferación de dispositivos de comunicación y los avances en las tecnologías de la comunicación han provocado cambios significativos en varios aspectos de nuestra vida diaria, incluido el lugar de trabajo. Estos dispositivos permiten que la comunicación no se produzca cara a cara, lo que permite un intercambio más rápido y cómodo de contenido empresarial dentro del lugar de trabajo. Pero, a su vez, estos cambios han dado lugar a una reducción de las limitaciones de tiempo y espacio.
En consecuencia, los trabajadores pueden tener que extender sus horas de trabajo o experimentar una carga psicológica y un compromiso laboral excesivo que puede inducir ansiedad, lo que afecta negativamente a su salud. En concreto, estudios realizados recientemente sugieren que trabajar más de 55 horas semanales se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud, por lo que este tipo de exceso laboral ha sido reconocido como un problema grave por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora bien, se trata de una realidad laboral que a día de hoy sufren más unos profesionales u otros, debido al tipo de labor que desempeñan. En el caso de los profesionales de las agencias de comunicación o de publicidad cabe destacar que a menudo, y cada vez de forma más reiterada se quejan de las largas jornadas laborales, algo que se ha convertido en una característica del sector.
El trabajo se convierte en el 80% de su vida
Los empleados mencionan que los horarios extendidos y la carga de trabajo, especialmente en las agencias creativas, conducen a altos niveles de agotamiento y estrés. Según varios estudios, el aumento en la demanda de creatividad, las expectativas de los clientes y los plazos ajustados contribuyen a estas jornadas maratonianas que no finalizan ni siquiera al llegar a sus casas.
Fuentes directas consultadas por este medio han declarado que en ocasiones sus jornadas laborales se estiran de nueve de la mañana a nueve de la noche. Doce horas al día que, en picos de trabajo, se podrían alargar hasta altas horas de la noche. Algo que acaban “normalizando” ya que es una realidad que enfrentan todos sus compañeros y que suele ser común a los diferentes departamentos.
“Llego del trabajo y muchos días, apenas tengo tiempo libre. Me hago la cena, reviso el correo por si hay algo de última hora, preparo todo para ir a la oficina al día siguiente y poco más. Al final, ya sea por cansancio o por las exigencias del cliente, mis planes de después del trabajo, como ir al gimnasio, hacer alguna actividad, ver a mi familia o amigos o ir simpliemente a comprar, muchas veces se ven truncados” afirma el profesional. A lo que añade que, poco a poco, estas jornadas sin límite les van haciendo desilusionarse en su trabajo, cambiándoles el humor y quitándoles las ganas de ir a trabajar o se seguir luchando por un ascenso. Al revés, buscan el cambio de agencia o de área para ver si su situación mejora.
Al final, la mayoría de agencias de pr o marketing presumen de dedicación y entrega hacia sus clientes, algo que recae en sus trabajadores y que se traduce en jornadas laborales que pueden llegar, en picos de trabajo, a 80 horas semanales debido a: plazos ajustados y entregas rápidas, revisiones constantes, adaptación a los cambios del mercados, eventos y crisis o el exceso enfoque en la creatividad.
Una realidad extendible a las “Big Four”
Además, cabe destacar que, recientemente, una Inspección de Trabajo puso también el foco en las conocidas como “Big Four”, las grandes consultoras en España. Donde portavozes de comisiones obreras aseguraban que empresas como Deloitte, PwC, EY y KPMG: “No respetan la duración máxima de la jornada, no respetan el periodo de descanso que marca la legislación y cada día pagan peor. Tenemos copias de los contratos en el sector y hay personas que trabajan en Madrid que ganan 14.000 euros al año”.
Fuentes del Ministerio de Trabajo aseguraron que este es un caso muy peculiar porque es la primera vez que se investigan a las Big Four. No ha habido precedente en España.
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