El PP ha presentado este lunes una querella en el juzgado número 5 de la Audiencia Nacional contra el PSOE por financiación ilegal, cohecho y tráfico de influencias relacionados con el ‘caso Koldo’, después de que José Luis Ábalos, exsecretario de Organización del PSOE y exministro, haya quedado al borde de la imputación tras una investigación que apunta a un caso de posible corrupción ante los indicios existentes de su “papel relevante y de responsabilidad” en la trama.
Pues bien, tras la presentación de la querella, el PSOE se ha lanzado a criticar “el cinismo” del PP: “Nos pide cuentas el amigo de un narco desde una sede en ’B’. ¿Qué son? ¿Los Soprano?”, ha dicho la portavoz de los socialistas, Esther Peña, en rueda de prensa. Además, apropiándose la función de portavoz del partido ha querido recordar que los populares, aquellos que piden ahor atransparencia, mantienen 39 causas abiertas en los tribunales relacionadas con delitos de corrupción.
“Es el colmo del cinismo, es vergonzoso. Presentan esta querella basada en una entrevista a un anónimo que no presenta pruebas ni detalles. No fue fácil tomar las decisiones que tomamos porque Ábalos fue una persona importante para el partido. Pero somos un partido limpio y exigimos responsabilidades caiga quien caiga y pague quien tenga que pagar”, ha concluido.
Y es que, según han demostrado desde la cúpula del gobierno con estos últimos ataques del Partido Popular, están indignados porque un partido que ha estado marcado por diversos casos de corrupción, lleve a la Audiencia Nacional una denuncia basada en dos testimonios anónimos que, en conversación con The Objective, aseguraron que llevaron 90.000 euros a la calle Ferraz y que el principal responsable de la trama, el empresario Víctor de Aldama, ahora en la cárcel por un caso de presunto fraude de IVA en hidrocarburos, iba a una casa en Aravaca a reunirse con ministros. Testimonios, que como bien afirman, no tienen “ningún tipo de prueba, ni credibilidad”.
Peña, además, amenazó al PP con responder a esta denuncia con otra contra el líder de los populares si Alberto Núñez Feijóo no da explicaciones sobre contratos otorgados por la Xunta a miembros de su familia. “Si Feijóo no da explicaciones ante la comisión de investigación en Galicia, iremos a los tribunales para que lo haga ante la justicia”, aseguró la portavoz del PSOE.
Una comunicación basada en la confrontación
Una semana y una nueva excusa para que ambos partidos hayan intensificado todavía más, si se puede, su tono de confrontación. Y es que, desde las últimas elecciones, los líderes de los dos principales actores del panorama político español, han centrado gran parte de su discurso en ataques mutuos en lugar de propuestas constructivas que ayuden a que la sociedad mejore.
Por un lado, el PP, liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha enfocado, desde el primer momento, su crítica en la gestión del presidente Pedro Sánchez y su relación con partidos independentistas, a quienes consideran claves en la estabilidad del gobierno socialista. Acusando así al Partido Obreso Español de “traicionar” a España por ceder ante sus demandas, como la posible amnistía a los implicados en el proceso independentista de Cataluña. Por tanto, una cuestión que ha sido un foco central del debate y a la que ahora se le ha sumado el caso ‘Koldo’, un caso de corrupción que les ha permitido exacerbar el tono confrontativo
Por su parte, el PSOE ha acusado en todo el momento al PP, su máxima competencia, de fomentar una oposición destructiva y bloquear el progreso del país con un discurso incendiario. Los socialistas han criticado al partido conservador por no respetar el mandato de las urnas y acusarlo de “deslealtad institucional” por no facilitar el normal funcionamiento de los órganos del Estado, como el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Y ahora, por acusar de corrupción tras acumular en sus filas diversos casos de esta índole.
En definitiva, la crispación no parece disminuir, ya que ambos partidos buscan reforzar sus posiciones de cara a futuros comicios con un estilo de comunicación basado en ataques y descalificaciones directas, que lo único que consigue es aumentar la polarización política y dificultar un diálogo constructivo para enfrentar los verdaderos desafíos que atraviesa el país y que, en plena crisis económica mundial, no son pocos.
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