El grupo Prisa ha presentado los resultados económicos correspondientes al tercer trimestre del año. Tal y como ha confirmado la CNMV, la compañía cierra otro trimestre negro con cifras que no invitan al optimismo. En los meses comprendidos entre enero y septiembre, la editora responsable de medios como la Cadena SER pierde 37,3 millones de euros, unos números que empeoran un 1,5% los números del mismo periodo del año pasado.
El apartado de ingresos también se apunta al negativo con un retroceso del 6,4%, pasando de 678,4 millones de euros en los nueve primeros meses de 2023, a los 634,6 millones de euros en el mismo periodo de 2024. El EBITDA de la compañía desciende un 18,2% quedando por debajo de los 100 millones de euros, con 99,1 millones.
Si los números de Prisa tienen algo de positivo es la reducción de su deuda financiera en 89,4 millones de euros, situándose en 781,1 millones de euros. Mejora que se deriva de la emisión de bonos convertibles en acciones de principios de año.
Prisa Media tira de la compañía ante la pérdida de ingresos de Santillana
Dentro de las dos áreas que sostienen Prisa, su variante dedicada a los medios de comunicación ha salvado los muebles mejorando sus ingresos un 2,1% hasta alcanzar los 307,7 millones de euros. La misma mejora que reflejan sus ingresos por publicidad, que alcanzar los 225,7 millones. No obstante, llama la atención el crecimiento de un 23,1% de los ingresos de sus medios online, que reportan a la compañía un total de 16,4 millones de euros.
En el otro lado encontramos los resultados de Santillana, que ha reducido los ingresos de explotación un 15,6%, pasando de los 376,2 millones en los nueve primeros meses del año pasado, a los 317,7 millones. Un resultado que desde Prisa achacan a los efectos extraordinarios de trimestres anteriores relativas a las diferencias cambiarias con Argentina y al retraso de las ventas públicas en Brasil.
Proyectos de futuro
Los resultados económicos de Prisa llegan en un momento crucial para la compañía. Desde la editora de El País siguen estudiando la idea de apostar por un nuevo canal de televisión que el Gobierno adjudicará en las próximas semanas. Lo hacen en medio de una delicada situación económica, responsable de una división de opinión entre sus principales accionistas.
El hecho de invertir en un proyecto tan arriesgado en un momento tan crucial para la compañía, con el alto coste económico que supondría provoca el rechazo de parte de sus responsables. Es el caso de Vivendi, el segundo accionista con mayor presencia en la empresa y socio principal de Amber Capital y Joseph Oughourlian.
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