La Agencia EFE ha mutado en una suerte de caricatura de lo que un día fue. Esta semana ha vuelto a ser protagonista por cometer dos errores de bulto; el último tras hacerse eco de una noticia falsa que anunciaba la muerte del escritor vasco Fernando Aramburu, autor de la novela Patria.
Pocos minutos más tarde ha emitido un aviso de anulación en redes sociales: “La noticia que informaba de la muerte del escritor Fernando Aramburu queda anulada a todos los efectos, ya que la cuenta de la editorial Tusquets en X que informaba del fallecimiento es falsa”.
Sin embargo, ya era tarde. Algunos usuarios de X (Twitter) han reprochado a la empresa pública la difusión de noticias falsas, aprovechando la ocasión para ironizar sobre las críticas que desde Moncloa se hace a otros medios que, supuestamente, se hacen eco de bulos, así como a la “toxicidad” de la red social de Elon Musk.
Lo más llamativo es que en menos de una semana, a EFE “se la hayan colado” hasta en dos ocasiones. El pasado 14 de noviembre publicó en X un titular donde informaba de que un helicóptero se había estrellado contra la Torre de Cristal de Madrid. Tres minutos más tarde borró dicha información.
Dos errores muy significativos que hacen mella en la reputación y en la credibilidad de la agencia, que atraviesa uno de sus peores momentos. Si ya de por sí su imparcialidad está puesta en entredicho, las últimas meteduras de pata no ayudan a alejar estos fantasmas de la Avenida de Burgos, 8.
Alineación con Moncloa y números rojos
EFE ha estado expuesta a numerosas críticas en los últimos meses, especialmente desde que Miguel Ángel Oliver fue designado director. Su nombramiento fue un capricho del Gobierno de Pedro Sánchez, que anteriormente lo tuvo como Secretario de Estado de Comunicación.
Esta maniobra fue muy criticada desde la oposición, pero también desde asociaciones de prensa y de periodistas, que alertaron de los planes del Ejecutivo de hacerse con el control de la empresa pública, tal como aseguró la presidenta de la APM María Rey a este periódico.
Esto, sumado a los numerosos problemas económicos que atraviesa desde hace años, deja a la empresa pública en una situación harto compleja. Cabe recordar que EFE esquivó la quiebra en 2023, año que cerró con unas pérdidas de casi 18 millones de euros.
En los dos últimos años, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha llevado a cabo una inyección de 40 millones. Una cuestión que da buena cuenta de la delicada situación que atraviesa EFE en materia económica.
Tampoco hay que olvidar el último revés que ha sufrido. El pasado mes de octubre, el Gobierno aprobó la congelación del presupuesto asignado a EFE. Así pues, durante los dos próximos años la asignación será de 53,9 millones de euros.
Miguel Ángel Oliver anuncia medidas para evitar más errores
Los fallos de la última semana han llevado a Miguel Ángel Oliver a convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Administración. Celebrada este martes, en ella se trataron las dos informaciones erróneas publicadas en la última semana con la intención de “reforzar sus procesos de supervisión editorial y tecnológica”.
En esta línea, el presidente de la agencia de noticias reconoce que “la veracidad y el rigor de EFE se han visto muy dañados por nuestros propios fallos” y pide perdón “a los medios de comunicación, instituciones, organismos y empresas que cuentan y confían en nuestros servicios”.
Oliver ha insistido en la necesidad de reforzar los procesos de supervisión editorial y tecnológica para evitar que estas situaciones vuelvan a repetirse. Asimismo, desde el Consejo de Redacción señalan que los periodistas de EFE “deben actuar con diligencia y criterio profesional en las funciones asignadas, así como mantener la calidad en el hilo informativo”.
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