La principal causa de morbimortalidad en la edad adulta es la enfermedad cardiovascular, cuyos factores de riesgo se inician en la edad infanto-juvenil. De dichos factores, el Exceso de Peso Infantil –EPI- (sobrepeso y obesidad), es, según los expertos el más importante, siendo considerado la mayor epidemia del siglo XXI.
Y es que los datos no ofrecen dudas: antes de la pandemia por COVID-19, el 39,7% de las niñas y el 41,3% de los niños españoles entre los 6 y los 9 años presentaban exceso de peso infantil (EPI); más del 85% se alejaban de la dieta óptima mediterránea; y un 63,3% de la población entre los 8 y los 16 años no cumplía con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física (AF).
Con el fin de intentar poner freno a esta situación, el Programa Escolar de Salud Cardiovascular (PESCA), diseñado por el Dr. Fernando Zárate Osuna, médico adjunto al servicio de pediatría de los Hospitales Quirónsalud Sur y Quirónsalud Toledo, propone, desde su implementación en 2018, una actuación transversal entre colegios, proveedores de salud y familias, para prevenir, detectar y modificar tanto el exceso de peso, como otros factores de riesgo cardiovascular infantil.
Para evaluar tanto el impacto del programa como el de la pandemia COVID-19 sobre el sobrepeso infantil en España, un grupo de expertos coordinados por el Dr. Zárate, todos ellos miembros del Grupo ImFINE de Investigación del Departamento de Rendimiento Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, ha publicado recientemente el Estudio “Cambios en la prevalencia del sobrepeso antes y después del COVID-19 en España: resultados longitudinales del programa PESCA 2018-2021”.
El estudio, que ha sido publicado en la revista “Nutrients”, analiza durante más de tres años tanto el efecto del programa, como el impacto de la pandemia en una muestra de niños y adolescentes (desde 2,82 a 15,84 años), a través del estudio de algunas variables de salud cardiovascular. Para el análisis, se tomaron en cuenta las mediciones realizadas en tres momentos diferentes, dos antes del COVID-19 y uno tras su aparición.
Los resultados del estudio permiten extraer las siguientes conclusiones:
- La prevalencia de sobrepeso permaneció estable en los participantes antes del COVID-19, para aumentar significativamente tras su llegada.
- De manera similar, los participantes en el programa mejoraron su composición corporal durante el primer año, para sufrir un deterioro de esta tras la llegada de la COVID-19.
- La prevalencia de práctica deportiva/actividad física siguió el mismo patrón: mejoró como consecuencia de la participación en el programa, para disminuir tras el inicio de la pandemia: 80,19%, 91,22% y 79,10%.
- Igualmente, el tiempo de descanso disminuyó significativamente tras la llegada de la pandemia, habiendo permanecido estable en un inicio.
- Finalmente, el tiempo de exposición frente a las pantallas también sufrió un incremento significativo tras la llegada de la Covid-19
Como conclusión, según los autores del estudio, la participación en el programa PESCA tuvo un impacto positivo sobre la prevalencia de la práctica deportiva o actividad física y un cierto efecto protector frente al aumento de sobrepeso y otras variables de salud relacionadas durante el período pre-COVID. Sin embargo, las restricciones de las autoridades sanitarias y las políticas de confinamiento durante el COVID-19 afectaron negativamente las variables estudiadas, revirtiendo las mejoras conseguidas.
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