Angélica Rubio ya es consejera de RTVE y en la Corporación pública nadie se engaña sobre cuál va a ser su papel: aplicar las consignas emanadas desde Ferraz y Moncloa -ahora, más unidas que nunca con la designación de Ion Antolín, exdircom del PSOE, como secretario de Estado de Comunicación- y apoyar la gestión de José Pablo López como nuevo presidente bien visto por el poder socialista.
Tampoco es que la terna de propuestos por el PSOE destaque por su neutralidad o su ecuanimidad. Pero, sin duda, el de Rubio es el nombre más destacado por su manifiesta parcialidad. Tras haber pasado por el entorno de José Luis Rodríguez Zapatero como asesora, Rubio lleva años ejerciendo como uno de los peones mediáticos socialistas más destacados, con una política de puertas giratorias entre dicho partido y ‘El Plural’, al que llegó tras el desalojo de ZP de La Moncloa. Una variable que se ha mantenido hasta hoy, en que varios responsables de la redacción han pasado por equipos de comunicación socialistas o han sido cargos del partido en distintos niveles.
El problema, según apuntan fuentes de la Corporación, es que la designación de Rubio llega en un momento crítico a consecuencia del papel de ‘El Plural’ en la difusión del documento sobre el novio de Ayuso -que habría filtrado la Fiscalía a Moncloa- y las sospechas de “coartada” sobre el medio para cubrir dicha filtración.
Pero, además, también se recuerda el ‘papelón’ de ‘El Plural’ con los dos DNI del juez Peinado, instructor de la causa sobre Begoña Gómez. El medio acusó al juez de contar dos documentos nacionales de identidad. Una afirmación que, finalmente, se cayó por sí sola y que, ante el ridículo, intentaron explicar poco menos que como un “servicio público” para poner en evidencia el error.
Rubio y Podemos
No obstante, lo que tiene morbo en la designación de Rubio son sus relaciones con el entorno de Podemos en la Corporación. Aunque ahora socialistas y podemitas caminen de la mano por interés mutuo, ni unos ni otros olvidan los navajazos del pasado. Por ejemplo, cuando ‘La última hora’, el digital de Podemos, acusó a Rubio de haber estado “en nómina de un empresario de la trama Gürtel”.
Los morados hacían referencia a uno de los episodios más vidriosos de la carrera de Rubio: el que hace referencia a una conversación del empresario leonés Martínez Núñez con el cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa. El patriarca de Teconsa aseguraba que Rubio era su “amiga” y que le había permitido visitar Moncloa. Años antes, Rubio había sido columnista y redactora de los medios de dicho empresario.
Aquel asunto, según cuentan, sigue sacando de sus casillas a Rubio, que, sin embargo, no ha tenido ningún empacho en machacar al empresario José Luis Ulibarri, también ligado a dicha trama y, curiosidad, competencia directa de Martínez Núñez y su familia. Una joyita, por cierto, que estuvo investigado por un presunto complot para matar al consejero de Obras Públicas de la Xunta de Galicia, Xosé Cuiña, y por sospechas de haber encargado sabotajes contra instalaciones de la competencia empresarial en Castilla y León.
Podemos tiraba con posta en aquel momento contra Rubio. Sin embargo, ahora, en beneficio mutuo, Rubio va a tener que tragarse el enfado que tuvo en su momento ante el pacto de apoyo a López de morados y socialistas. Claro que ya hay quienes, también, hacen quinielas sobre la posibilidad de que la flamante consejera de cuota socialista pueda acabar teniendo que declarar ante la Justicia por la filtración de los documentos del novio de Ayuso.
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