Según los últimos datos de investigación, en 2023, la industria farmacéutica en España invirtió 834 millones de euros en investigación clínica. De esta cantidad, el 52% se destinó a estudios en fase uno y dos, que son las etapas más iniciales y complejas del proceso de investigación. Esta información fue destacada por Concha Serrano, Patrona de Pfizer, durante un reciente encuentro de Debates de la Fundación SEDISA, donde se abordó el futuro de la investigación sanitaria y el papel crucial de la industria farmacéutica y la tecnología sanitaria.
Durante el debate, Claudia Fernández Piciochi, responsable de Asuntos Gubernamentales y política sanitaria de Johnson & Johnson MedTech España, subrayó que la tecnología sanitaria se caracteriza por un flujo constante de innovaciones, impulsadas por un alto nivel de investigación y desarrollo. En este contexto, la regulación actual otorga mayor importancia a los datos clínicos que respaldan la seguridad y el funcionamiento de los productos, abarcando tanto los procedimientos de precomercialización como la vigilancia posterior a la comercialización.
Concha Serrano también hizo hincapié en la creciente relevancia del impacto de la investigación en los pacientes, señalando que se han comenzado a realizar estudios de farmacoeconomía que consideran el bienestar del paciente, siguiendo parámetros de calidad de vida. Ambas expertas coincidieron en que el ámbito de la tecnología sanitaria es pionero, ya que desde el inicio, debe demostrar que aporta valor y cubre las necesidades de pacientes, profesionales y del sistema sanitario.
Claudia Fernández destacó la importancia de medir indicadores relevantes que evalúan el logro de los objetivos y la adecuación del pago por los resultados obtenidos. En este marco, los datos de vida real proporcionan información valiosa que mejora la comprensión de la calidad de las prestaciones y la evaluación de la seguridad, eficacia y valor de la tecnología médica. Estos datos también pueden acelerar la generación de evidencia práctica, haciéndola más sostenible y mejorando la información económica para la evaluación de tecnologías sanitarias y decisiones de cobertura.
Desde la perspectiva de la industria farmacéutica, Concha Serrano mencionó que enfrentan el desafío de la falta de datos suficientes para realizar evaluaciones adecuadas. Expresó su confianza en que se logren avances tecnológicos que permitan informatizar las fichas clínicas y observar en la vida real cómo están funcionando los fármacos.
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