Ramón Bermejo es una de las nuevas ‘estrellas’ televisivas. Presentado como “consultor” y “periodista”, Bermejo ha asumido la portavocía de Víctor de Aldama y se ha convertido en un habitual de ciertos espacios de la pequeña pantalla. Una relevancia mediática que contrasta con la discreción sobre su trabajo antes de presentarse como rostro visible del empresario imputado.
Y es que los datos referentes al trabajo de Bermejo, con anterioridad a este estrellato mediático, son escasos. De hecho, parece que él mismo ha hecho todo lo posible por preservar esa discreción y tan sólo se ha divulgado su papel como consultor para empresarios. No obstante, en cualquier caso sí hay una cuestión llamativa: la vinculación, en el pasado, de Bermejo con una de las andanzas más polémicas de la prensa española, la revista ‘Dígame’.
El propio Bermejo, años atrás, no dudó en comparecer ante ‘Sálvame Deluxe’ para hablar sobre aquel proyecto de Emilio Rodríguez Ménéndez, personaje turbio donde los haya que marcó los finales de los años 90 y el inicio de los 2000 hasta su caída en desgracia -intento de asesinato incluido promovido por su esposa- a causa de los numerosos escándalos que le rodeaban.
En aquella ocasión, Bermejo reconoció ante el propio Jorge Javier Vázquez haber trabajado en ‘Dígame’, la revista que lanzó Rodríguez Menéndez y que fue considerada un panfleto destinado al ajuste de cuentas. La etiqueta de sensacionalista se le quedó corta, a juzgar por los contenidos. En dicha entrevista en Telecinco, Bermejo apuntó que Antonio David Flores figuró como redactor jefe de la publicación y que sus artículos eran escritos por Nuria Bermúdez, otro de los rostros de la ‘friki-televisión’ de aquellos tiempos. Según Bermejo, Flores colaboró porque estaba chantajeado por el polémico personaje, aunque otras versiones siempre han mantenido que el exguardia civil se subió a dicho carro para ajustar cuentas con Rocío Carrasco.
Esa vinculación de Bermejo ha vuelto a traer a la memoria de algunos aquella época, cuanto menos, pintoresca, en la que Rodríguez Menéndez era un personaje omnipresente rodeado de una atrabiliaria corte. En ‘Dígame’ el sujeto dio rienda suelta a todo tipo de contenidos bajo titulares como “Famosos en casas de putas” o “Mariano Rajoy sumiso y vestido de criada”, sin olvidar menciones a la presunta homosexualidad de Alejandro Sanz o el entonces Príncipe de Asturias. El momento culminante de aquella carrera llegó con el secuestro judicial del número en el que se señalaba que “Malena Gracia trabaja de puta”.
Por aquellas páginas desfilaron los inevitables Paco Porras, Loly Álvarez y Tony Genil y Antonio David Flores llegó a ser presentado como miembro del Consejo de Administración de la editora y vicepresidente.
Al principio, la dirección estuvo en manos de Javier Bleda, que venía de juntarse -desde años antes- con lo mejor de cada casa: desde la dirección del diario ‘Ya’ mangoneado por Rodríguez Menéndez al servicio de las alcantarillas de los GAL -con difusión del famoso video de Pedrojota incluida- a la del semanario ‘MC’, con el que Mario Conde quiso darse un impulso de cara a las Elecciones Generales de 2000. Bizarras aventuras, sin duda.
No obstante, y como señaló Antonio Alberto en ‘ABC’ tiempo atrás, Bermejo fue, en principio, el nombre designado como primer director, aunque finalmente el puesto recayó en Javier Bleda.
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