La noche de Reyes es una festividad muy esperada por los niños, pero también puede ser un momento de gran tensión para los padres. La anticipación por los regalos y la presión de cumplir con las expectativas emocionales pueden generar nerviosismo y ansiedad tanto en los pequeños como en los adultos. Desde un enfoque psicológico, los niños suelen experimentar una mezcla de emoción y nerviosismo, ya que no saben qué regalos recibirán, lo que puede desencadenar inquietudes relacionadas con su percepción de control sobre el entorno.
Los niños, que aún están desarrollando su capacidad para gestionar emociones complejas, pueden vivir esta espera como un reto emocional. La falta de herramientas para regular sus emociones puede llevar a la ansiedad y frustración. Además, el miedo a no recibir lo que desean o la comparación con otros niños puede intensificar el estrés, manifestándose en problemas para dormir, inquietud física o cambios en el comportamiento.
Otro aspecto importante a considerar es el riesgo de la sobreabundancia de regalos. El exceso puede generar un sentido de descontrol en los niños, quienes pierden la capacidad de valorar el esfuerzo detrás de cada regalo. Esto puede llevar a una dependencia emocional de lo material y a una falta de apreciación por valores intangibles como la gratitud y la importancia de compartir.
Ante esta situación, es recomendable que los padres reflexionen sobre los regalos que eligen y busquen promover la importancia de otros valores más allá de lo material. Enseñar a los niños que los regalos no son lo más importante y que existen otros aspectos más significativos de las fiestas, como el tiempo compartido en familia, el cuidado hacia las personas y la generosidad puede ayudará a crear una experiencia más enriquecedora. En este contexto, los expertos psicólogos de Blua de Sanitas han elaborado un listado con una serie de recomendaciones:
• Establecer expectativas realistas: hablar con los niños sobre la idea de que los regalos son una parte pequeña de la celebración, pero que el verdadero significado está en compartir momentos especiales en familia, puede ayudarles a reducir la presión.
• Limitar el número de regalos: evitar caer en la tentación de regalar en exceso. El objetivo debe ser sorprender, no sobrecargar. Un número razonable de regalos permite que los más pequeños puedan apreciar cada uno de ellos.
• Fomentar la gratitud: ayudar a los niños a entender el valor de dar y recibir de manera generosa contribuirá a su correcto desarrollo emocional. Aquellos que aprenden desde temprana edad a ser agradecidos por lo que reciben suelen experimentar menos emociones negativas por lo que les pueda faltar en el futuro.
• Crear rituales que promuevan la calma: realizar actividades relajantes antes de dormir, como leer un cuento o practicar respiración profunda, puede ayudar a gestionar sus emociones y reducir el nerviosismo.
• Promover el sentido de comunidad: involucrar a los niños en actividades de voluntariado o en la preparación de sorpresas para otros contribuye a desviar su atención de factores materiales y a enfocarla en valores más humanos y significativos.
Seguiremos Informando…
