El regreso de Podemos como principal actor político de la extrema izquierda trae de cabeza a los principales representantes del periodismo ‘progre’. La cuestión es fácil de comprender: una gran mayoría de sus rostros más conocidos apostaron a caballo ganador con Sumar. No obstante, ahora la plataforma en beneficio de Yolanda Díaz hace aguas mientras que su rival morado, aunque no excesivamente boyante, sí consigue recuperar terreno.
Con esos mimbres, a nadie en el sector se le escapa que va a ser “duro” para los defensores mediáticos de Sumar volver a contar con Podemos como actor político principal en un campo que tanto fascina a esa clerecía mediática que, como recordaba alguno de sus damnificados de otros tiempos, suele hacer todo lo contrario de lo que predica.
El caso más representativo es el de Ignacio Escolar, al que Podemos tiene cruzado desde hace años, ya que le considera el principal muñidor de la escisión de Iñigo Errejón y uno de los principales apoyos de Díaz y de la etiqueta Sumar. Sin embargo, en los últimos tiempos la apuesta de Escolar se ha venido bastante abajo, con la ministra de Trabajo bajándose del carro de Sumar, la formación en proceso de reversión y el estallido del ‘Caso Errejón’ -considerado por algunos el recambio perfecto para Díaz-, entre otras cuestiones.
Sin embargo, Escolar no es el único -aunque sí el más representativo-, ya que en otras redacciones con dicha sensibilidad reconocen que volver a tratar con los representantes de Podemos va a ser un “dolor de muelas”, y más teniendo en cuenta las ganas de revanchas de aquellos.
No extraña, por tanto, que en los encuentros habituales de estas Navidades entre periodistas y políticos esta haya sido una de las cuestiones tratadas con cierta confianza. Tampoco que algunos hayan empezado a mover fichas y a intentar reconciliarse con ciertos personajes morados a los que dejaron caer de su agenda.
Hasta el despido de Pedro Vallín de ‘La Vanguardia’ ha sido considerado por algunos como un ‘aviso a navegantes’ después de haber visto cómo desde el entorno de Podemos no se mostraba ni el más mínimo gesto favorables a quien en otro tiempo fue uno de los periodistas favoritos de Pablo Iglesias.
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