Los amanuenses de Pedro Sánchez han impuesto ahora una nueva denominación para el uso de los discursos del presidente y mesías al hilo de la segunda coronación de Donald Trump: “Tecnocasta”. La invención, que alude a los magnates de Silicon Valley alineados ahora con el nuevo presidente de EE.UU., bien podría tener su aplicación en España. La diferencia es que aquí la ‘tecnocasta’, por obra y gracia del sanchismo y de algunos gobiernos peperos autonómicos, está concentrada en torno a ámbitos supuestamente ‘progresistas’. Y decimos supuestamente porque estos mismos son los que dan voz a las medidas para regular la tenencia inmobiliaria mientras poseen inversiones inmobiliarias a mansalva. Es sólo un ejemplo.
La ‘tecnocasta’, por cierto, también podría estar representada por ciertas sinarquías familiares que, a través de asociaciones con tufo a chiringuito, le hacen el caldo gordo a Google, ese gran gigante que mangonea todo lo que está y no está escrito, por no hablar de los lobbies chinos y otras piezas. Son los mismos, por cierto, que dirigen portales informativos mientras, al mismo tiempo, comercializan CMS en los medios más diversos, incluidos en los de esa ‘derecha desinformadora’ tan puesta de moda por los creadores de relato de Ferraz y Moncloa.
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