Parece que la televisión de Prisa va viento en popa. El Gobierno está convencido de sacar adelante un proyecto clave para su supervivencia mediática. El cerco judicial se estrecha al mismo tiempo que las encuestas dan la victoria al PP en unas hipotéticas elecciones generales.
Conscientes de ello, y con la vista puesta en 2027, Pedro Sánchez y los suyos preparan la llegada de una nueva televisión de la mano del grupo editor de El País, ariete contra la oposición y aliado mediático por excelencia. Su irrupción en la pequeña pantalla puede ser clave de cara a la recta final de la legislatura.
Así lo conciben en la Moncloa, donde creen que la balanza mediática está claramente inclinada hacia la derecha. Cadenas como Antena 3 son muy críticas con el Gobierno, mientras que Telecinco -salvo Ana Rosa– no le causa un problema excesivo. Por otro lado, RTVE o laSexta son claramente favorables al Gobierno.
La televisión en su conjunto está lejos de ser un territorio hostil para Pedro Sánchez. No ocurre lo mismo con la prensa, especialmente la digital. Un grupo al que la Moncloa le ha declarado la guerra amparándose en los supuestos “bulos” que propagan.
Financiación externa para hacer viable un nuevo satélite mediático
Según información publicada recientemente, Prisa ya cuenta con financiación externa que garantizará la viabilidad del proyecto. Hasta un 15% de la misma procederá de los accionistas españoles que tienen participación en el grupo dirigido por Joseph Oughourlian.
Estas empresas son Global Alconaba (7,1% de Prisa), representados por Andrés Varela Entrecanales; el empresario valenciano, Adolfo Utor, dueño de Balearia (5,4%) y el empresario andaluz Diego Prieto (3,1%), a la espera de confirmar otros posibles respaldos financieros de inversores españoles e internacionales.
Asimismo, desde el Gobierno están ultimando los detalles para dar luz verde al concurso de licitación de la nueva TDT. Entre tanto, Prisa Media, bajo la batuta de José Miguel Contreras, trabaja en la configuración de la sociedad mercantil que acogerá su nueva cadena de televisión.
Se prevé que su nombre sea La Séptima y acogerá periodistas y comunicadores de corte progresista. El objetivo es crear una parrilla con programas informativos y, sobre todo, críticos con la derecha y ultraderecha; otro de los objetivos, como no podría ser de otra forma, será alabar la gestión del Ejecutivo.
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