La llamada ‘Brújula de la competitividad’ es una hoja de ruta propuesta por la Unión Europea que contiene una serie de medidas que aún deben convertirse en reglamentos o leyes y que giran en torno a tres prioridades: innovación, descarbonización y seguridad económica, cuyo objetivo es que Europa se fortalezca frente a las condiciones de EE.UU. y China en estos aspectos.
“Es hora de reiniciar el motor de innovación de Europa. Tenemos la brújula. Tenemos la voluntad política. Ahora lo que importa es la velocidad y la unidad. Porque el mundo no nos espera”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al presentar la hoja de ruta.
It is time to restart Europe’s innovation engine.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) January 29, 2025
We have the Compass.
We have the political will.
Now, what matters is speed and unity.
Because the world is not waiting for us ↓ https://t.co/4iollrSWxi
La hoja de ruta contempla, además, una serie de medidas transversales que pretenden reducir la carga administrativa al menos un 25 % para todas las compañías europeas y un 35 % en el caso de las pymes. Buena parte de los esfuerzos se centrarán en la esperada unión del mercado de capitales, ahora bautizada como Unión para el Ahorro y la Inversión, y que la Comisión planea presentar este año.
En el área de innovación, el objetivo es cerrar la brecha con EE. UU. y China y «reactivar el motor» de la UE. Se lograría a través de una estrategia para las empresas emergentes y en expansión (prevista para el segundo trimestre de 2025); un ‘Decimoctavo régimen‘ (finales de 2025 o principios de 2026); una ley de innovación europea (finales de 2025 o principios de 2026); una ‘iniciativa de fábricas de inteligencia artificial‘ (primer trimestre de 2025); una ley de desarrollo de la IA y del almacenamiento en la nube (finales de 2025 o principios de 2026), y otras medidas.
Las medidas en el área de descarbonización contemplan un un Pacto de Industria Limpia (previsto para el 26 de febrero); un plan de acción para una «energía asequible» y una actualización de la ley europea del clima aún por definir (ambos en 2025); un plan de acción para el acero y los metales y otro para la industria química (ambos en 2025); una revisión del impuesto climático que la UE aplica a las importaciones de acero, cemento, aluminio o fertilizantes; y un plan de inversión en transporte sostenible, otro de ferrocarriles de alta velocidad, otro de puertos y una estrategia marítima industrial, entre otras medidas.
Y en materia de comercio y seguridad económica, Bruselas se compromete a establecer una «preferencia europea» en las contrataciones públicas para sectores y tecnologías estratégicos, lo que implicará revisar (en 2026) las directivas sobre ese tipo de licitaciones, que suponen el 14 % del PIB comunitario; la creación de una plataforma para la compra conjunta de minerales críticos estratégicos, como el litio que se emplea en las baterías de los coches eléctricos (mediados de 2025); y el impulso a una ley de medicamentos esenciales (primer trimestre de 2025) que permita fortalecer el suministro de esos tratamientos y reducir la dependencia de otras potencias.
Seguiremos Informando…