Sumar y Podemos se han lanzado a una ‘cruzada’ tras conocerse el escándalo de Juan Carlos Monedero. La coalición que abreva en el Gobierno de Pedro Sánchez, que meses atrás consideró que la mano morada estaba detrás de que aflorase el escándalo de Iñigo Errejón, está moviendo sus peones para cobrarse una venganza a cuenta de una situación que tiene a mucha gente -PSOE incluido- comiendo palomitas. Mucho más, todavía, al adobarse con la paranoia y la falta de acción comunicativa que está mostrando Podemos.
La situación tiene extremadamente nerviosos a los dirigentes morados, que han recurrido -una vez más- a la versión del ataque externo como principal eje de su argumentario. Lo cierto es que en Sumar andan bastante interesados en el seguimiento de la cuestión llevado a cabo, especialmente, desde el “emporio” -como lo llaman con sarcasmo- mediático de Pablo Iglesias, órgano oficioso del partido morado.
“Lleva veinte años vendiendo que es un artista de la comunicación y ni siquiera han sido capaces de reaccionar con un mínimo de sentido común al asunto”, se mofan antiguos conmilitones del gurú morado, ahora en Sumar.
En la coalición, por ejemplo, han echado la cuenta del aluvión de noticias, opiniones y hasta viñetas que se publicaron en ‘Diario Red’ a cuenta de Errejón. Solamente en el buscador, según apuntan, aparecen referenciados cerca de cuatro decenas de contenidos, que contrastan con la pobreza de noticias sobre el ‘caso Monedero’: apenas media docena, y casi en un cien por cien con el enfoque del argumentario oficial del partido.
Y es que el día del estallido, la cuestión apenas contó con una sola noticia, prácticamente oculta en la página. Una posición que, como señalan fuentes de Sumar, contrasta con la de Errejón. Entonces el digital de Iglesias dio lugar a una lluvia de contenidos sobre el cargo y exfundador de Podemos, incluyendo algunos que se mofaban o ponían en duda la gestión del asunto por parte de Más Madrid y de Sumar.
Algo que, visto lo visto desde la semana pasada, se queda en pañales al lado de la llevada a cabo por Podemos. Por supuesto, en aquel festín no faltaron los llamados ‘pelotas’ habituales de Iglesias, desde un Willy Veleta (otrora a las órdenes de Carlos Cuesta en Veo 7) a una Laura Arroyo (cuota de Iglesias en la televisión pública de José Pablo López y en el ‘Mañaneros’ del ‘cometero’, supuestamente de derechas, Gerardo Iracheta).
De ‘Público’ al conde de Godó
Pero, sin duda, y obviando el guerracivilismo en la extrema izquierda, donde han dado la sorpresa ha sido en ‘Público’, donde Juan Carlos Monedero llevaba años teniendo mando en plaza a través de sus conexiones personales con Jaume Roures y Tatxo Benet.
En la sede del digital, cerrado en papel y recomprado por el magnate trotskista y su socio independentista, se fraguaron algunas de las reuniones previas a la creación de Podemos y al asalto de IU en Madrid. Sin embargo, las circunstancias cogieron tal calibre que obligaron, en menos de veinticuatro horas tras conocerse la ‘movida Monedero’, a cortar la colaboración del profesor con el medio. Y eso que durante horas, el tema brilló por su ausencia.
Más llamativa, pero comprensible para quienes conocen ciertas claves que se manejan en el terreno mediático madrileño, es la postura de ‘La Vanguardia’, que también optó en un primer momento por seguir la táctica del avestruz.
Las malas lenguas señalan que, a pesar de la ruptura de los amores periodísticos entre Pedro Vallín y el mermado soviet de dirigentes morados -de ahora y de antes-, la delegación madrileña del diario del conde de Godó -grande de España y olé- sigue dando cobertura, en la medida de lo posible, a los ‘niños de Juliana’, como les conocen algunos. Y es que la nostalgia militante del pícnico delegado del periódico del ‘cosmopaletismo’ barcelonés es lo que tiene.
Una postura, por cierto, a la que Sumar ha tomado la matrícula con esta situación
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