Un estudio publicado en The Lancet señala que una inyección anual de lenacapavir podría ser suficiente para prevenir el VIH. Aunque la investigación se encuentra en fase 1 y se centra en evaluar la seguridad y farmacocinética del fármaco, los resultados son prometedores: los niveles detectados en sangre serían adecuados para la prevención de la infección.
Si bien la eficacia contra el virus no fue analizada directamente, los hallazgos refuerzan el avance en la lucha contra una enfermedad que ha provocado más de 40 millones de muertes y 1,3 millones de nuevos contagios al año.
José Alcamí, director científico de la Unidad VIH en el Hospital Clínic de Barcelona, destacó la importancia de estos resultados durante la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) en San Francisco. “Por comparativa con los niveles que se alcanzan en sangre, lo esperado es que se obtuviesen resultados similares, pero habrá que hacer ensayos clínicos para estar seguros”, explicó.
Lenacapavir, un antiviral desarrollado por la farmacéutica Gilead, ya ha sido aprobado en combinación con otros antirretrovirales. Estudios previos han demostrado su eficacia en la prevención del VIH mediante inyecciones subcutáneas semestrales. Ahora, la posibilidad de una inyección intramuscular anual podría mejorar la adherencia al tratamiento en comparación con opciones diarias como Truvada.
Un tratamiento prometedor con barreras económicas
A pesar del avance médico, el alto costo del lenacapavir –unos 20.000 euros anuales en España y el doble en Estados Unidos– representa un obstáculo, especialmente en los países con mayor necesidad.
Bonaventura Clotet, director del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, recordó los inicios de la epidemia en España y destacó la importancia de garantizar el acceso al tratamiento. “Con una inyección al año, sería posible tener ciudades y países enteros libres de sida porque no hubiese nuevas infecciones, pero no me imagino que lo vayan a hacer económico”, expresó desde la conferencia en San Francisco.
Clotet también subrayó la necesidad de priorizar a las poblaciones más vulnerables, como personas con problemas renales que no pueden tomar Truvada o mujeres en África subsahariana, donde la adherencia a tratamientos orales es un desafío.
Además del lenacapavir, existen otros tratamientos de acción prolongada, como Cabenuva, que requiere dos inyecciones bimestrales. Sin embargo, su elevado costo lo hace inaccesible en muchas regiones de bajos recursos. La compañía ViiV trabaja actualmente en versiones que podrían administrarse cada seis meses.
El lenacapavir actúa bloqueando la cápside del VIH, evitando que el virus se replique y se propague. Su mecanismo de acción permite que dosis pequeñas sean efectivas durante largos períodos. Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa, destacó que la preferencia por tratamientos de larga duración varía según cada persona. “Algunos prefieren las pastillas, otros valoran las inyecciones o incluso implantes de liberación prolongada”, explicó.
Acceso desigual a la PrEP
La profilaxis preexposición (PrEP) es una estrategia eficaz para prevenir el VIH, con una efectividad superior al 90% cuando se usa correctamente. Sin embargo, el acceso sigue siendo limitado. En 2023, solo 3,5 millones de los 21,2 millones de personas que podrían beneficiarse de la PrEP la estaban recibiendo, según datos de Gilead.
José Alcamí destacó que la diferencia de precios entre los países desarrollados y en vías de desarrollo dificulta la llegada de nuevos medicamentos. No obstante, Gilead ha anunciado que ofrecerá lenacapavir de forma gratuita en países de ingresos medios y bajos, facilitando su distribución a través de instituciones sin ánimo de lucro.
“Esto podría hacer que este compuesto se utilice antes en Sudáfrica que en España, algo que sería una excelente noticia para las mujeres sudafricanas, que son uno de los grupos más afectados por el VIH en el mundo”, concluyó Alcamí.
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