Las estrategias ESG no son uniformes en su efectividad; su capacidad para generar valor depende en gran medida de cómo se articulan y comunican. Por ejemplo, las iniciativas que abarcan varias causas, o incluso ODS diversos, suelen ser más eficaces a la hora de mejorar la reputación y el desempeño financiero que aquellas concentradas en un único ámbito. Entonces, ¿merece siempre la pena establecer una estrategia ESG?
Esta es una de las principales preguntas que se plantean en el informe de “La conexión entre propósito y beneficio: ¿Merecen la pena las estrategias ESG?“, del IE-Elecnor Knowledge Hub on Ethical Business y escrito por Martina Pasquini, que ofrece una visión detallada sobre cómo las empresas pueden diseñar y estructurar sus estrategias ESG para maximizar tanto su impacto financiero como su reputación corporativa.
La comunicación juega un papel crucial en este contexto. Las estrategias ESG orientadas a la gobernanza, que incluyen prácticas como la separación de funciones entre el consejero delegado y el presidente, la remuneración formal a los miembros del consejo o políticas para fomentar la diversidad interna contribuyen al crecimiento de las ventas e incrementan el valor intangible de la empresa. Es posible que las iniciativas que se ocupan de mejorar las condiciones de los empleados no generen una rentabilidad financiera inmediata en términos de beneficios de explotación y eficiencia del capital, pero son cruciales para crear un modelo de negocio positivo.
Además, la innovación sostenible y el desarrollo de productos sociales, cuando se comunican de manera efectiva, atraen a consumidores concienciados y refuerzan el crecimiento de las ventas. Es fundamental que estas iniciativas se enfoquen en un número limitado de ODS para transmitir un compromiso claro y auténtico. Una estrategia de comunicación bien diseñada en este sentido puede amplificar el impacto de estas iniciativas, construyendo una identidad sólida y alineada con la demanda especializada del mercado.
El informe estudia también cómo el diseño estratégico de las iniciativas ESG es clave: la diversificación a través de los ODS amplifica el impacto, mientras que la especialización en objetivos sociales construye una identidad sólida. Por lo tanto, una comunicación efectiva que refleje esta estrategia puede fortalecer la legitimidad y el capital reputacional de la empresa, generando percepciones positivas entre los clientes y otras partes interesadas.
Asimismo, el estudio destaca que es importante entender que las iniciativas de gobernanza e impacto social no tienen por qué impulsar necesariamente los indicadores financieros de forma inmediata, pero contribuyen al valor a largo plazo con la mejora de la reputación, la marca y la confianza de las partes interesadas en la empresa. Con el tiempo, estas inversiones se traducen en una mayor fidelidad a la marca, una mejor percepción del mercado y, en última instancia, mayores resultados financieros.
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