Joseph Oughourlian consiguió esta semana reivindicar su posición en Prisa tras aprobar una ampliación de capital por el 9,95% del capital para captar alrededor de 40 millones de euros. Una maniobra que, a medio plazo, le permitirá reducir la deuda del grupo.
Sin embargo, la jugada también tenía otro propósito: eliminar las pretensiones de los accionistas afines al Gobierno de sacarle del grupo editor de El País. De esta forma, Prisa consigue una ampliación del plazo de vencimiento de la deuda hasta junio de 2029, blindando así la posición de Oughourlian como CEO.
Las opciones de conseguir una mayoría de las acciones por parte de la facción afín a la Moncloa se han reducido notablemente. En los últimos meses el Gobierno no ha escondido su intención de hacerse con el control ejecutivo y editorial de Prisa. Algo a lo que se opuso rotundamente Oughourlian, como ya hemos contado.
Tras los últimos movimientos, el Gobierno necesita contar con nuevos apoyos para sumar una mayoría contraria al empresario franco armenio. Es ahí donde entra dos accionistas claves en el entramado accionarial: Vivendi y Carlos Slim.
Tanto la empresa francesa como el multimillonario mexicano cuentan con acciones clave para decantar una mayoría dentro de Prisa. Sin embargo, ni aún sumando estos apoyos estaría garantizado que Oughourlian pudiera ver peligrar su cargo como presidente del grupo.
Sea como fuere, la intención del Ejecutivo es no dejarse doblegar por las maniobras del máximo accionista del grupo. Es más, tras el revés sufrido por la negativa de Oughourlian a financiar Tele-Pedro, desde la Moncloa ansían unan venganza personal contra él.
Un futuro incierto
Pese al deseo del Gobierno por controlar Prisa, la línea editorial de El País y la Cadena SER seguirá alineada con el centro-izquierda. Los temores de un posible viraje hacia el centro-derecha, por tanto, quedan descartados.
No obstante, Pedro Sánchez demanda un mayor compromiso por parte de la editora de El País, que en las últimas semanas ha demostrado que no quiere que se le relacione tan estrechamente con el Gobierno “de coalición progresista”.
Oughourlian quiere marcar distancias con la Moncloa, mientras que estos buscan fidelizar a los principales medios del grupo de cara a las elecciones generales de 2027. En el Gobierno son plenamente conscientes de la situación adversa que tienen en frente, tanto política como mediáticamente.
Entre tanto, el futuro de Prisa es del todo incierto. Sea prevé que Oughourlian continúe como presidente al menos hasta 2029. Sin embargo, la enemistad manifiesta entre este y Pedro Sánchez le obliga a estar alerta, pues los fontaneros de Ferraz y algunos ministros trabajan ya en alternativas para sacarle de Prisa.
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