La relación entre los ritmos circadianos y la salud fue el eje central de la conferencia “Cronobiología, los relojes de tu vida”, liderada por la Dra. Marta Garaulet, catedrática y experta en nutrición, y moderada por Xavier Tejedor, vocal de Análisis del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB). Durante el evento, se discutió cómo la base molecular de los ritmos circadianos está regulada genéticamente y de qué manera se pueden adaptar los hábitos de vida para mejorar la salud.
La Dra. Garaulet, por su parte, explicó la evolución de la cronobiología y cómo las variables fisiológicas del cuerpo cambian a lo largo del día. Destacó la importancia de mantener una sincronización adecuada de estos ritmos, especialmente en la producción de hormonas como el cortisol, que debe mantenerse más elevado durante el día y disminuir en la noche.
Uno de los aspectos clave de la conferencia fue la relación entre el ejercicio físico y los ritmos circadianos. “El ejercicio realizado en la mañana ayuda a reforzar los ritmos circadianos, mientras que hacerlo en la noche puede alterarlos y afectar la calidad del sueño”, afirmó Garaulet.
Asimismo, presentó estudios de la Universidad de Harvard que analizan los efectos negativos de la “cronodisrupción”, una alteración de los ritmos biológicos provocada por hábitos como la alimentación nocturna o la actividad física a deshoras.
Hábitos saludables para alinear los ritmos biológicos
La experta resaltó que las personas con hábitos matutinos tienen el doble de probabilidades de ser saludables. En este sentido, mencionó que “las personas que comen temprano pierden un 23% más de peso en comparación con aquellas que cenan tarde y consumen carbohidratos en la noche, quienes tienen hasta cinco veces más probabilidades de padecer obesidad”.
Además, insistió en la importancia del ayuno intermitente, recomendando un período de alimentación de ocho horas durante el día. “No es solo qué comemos, sino cuándo lo hacemos”, explicó. También subrayó el papel de la melatonina en la regulación del metabolismo, advirtiendo que esta hormona interfiere con la producción de insulina y que el organismo no está diseñado para ingerir alimentos cuando los niveles de melatonina son elevados.
El papel de la alimentación y la siesta en la salud circadiana
Garaulet destacó que la dieta mediterránea es la mejor aliada para favorecer un buen descanso y mantener una salud óptima. También abordó el impacto de la siesta en la fisiología, señalando que esta práctica tiene un fuerte componente genético y que, en algunos casos, su ausencia puede contribuir al aumento de peso.
Por su parte, Xavier Tejedor enfatizó el rol de los farmacéuticos en la educación sobre hábitos saludables. “Cada proceso fisiológico está sometido a una variabilidad temporal que actúa como un mecanismo de adaptación a los cambios ambientales”, señaló, recordando la importancia de mantener rutinas equilibradas en el sueño, la alimentación y la actividad física.
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