La sostenibilidad ya no es un mero añadido en la estrategia empresarial, sino un eje fundamental en la reputación corporativa. Sin embargo, comunicar las iniciativas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) sigue siendo un desafío para muchas compañías. Según el informe “ESG en palabras: la voz de la sostenibilidad”, de DIRCOM, el 74% de los directores de comunicación desempeñan un papel clave en la implementación y difusión de estas estrategias, aunque su formación en sostenibilidad sigue siendo insuficiente.
Este escenario plantea dos riesgos: el primero, que las empresas no comuniquen de manera efectiva sus avances en ESG, perdiendo la oportunidad de consolidar su compromiso ante inversores, clientes y empleados; el segundo, que lo hagan de forma superficial o engañosa, cayendo en el temido ‘greenwashing’.
La brecha de conocimiento en sostenibilidad
El informe revela que un 63% de los profesionales consideran que los dircoms no tienen la preparación adecuada para abordar la comunicación en ESG. Esto se traduce en mensajes confusos, estrategias poco alineadas con la realidad de la empresa y, en algunos casos, una desconexión entre lo que se dice y lo que realmente se hace. En un contexto donde las regulaciones exigen cada vez más transparencia, la falta de conocimiento puede comprometer la credibilidad corporativa.
Para evitar este problema, es fundamental que los equipos de comunicación reciban formación específica en sostenibilidad. No se trata solo de dominar los conceptos técnicos, sino de entender cómo estos impactan en la estrategia empresarial y en la percepción de los distintos grupos de interés.
¿Más comunicación que realidad?
Otro de los datos más llamativos del informe de DIRCOM es que el 45% de los encuestados considera que las empresas comunican más de lo que realmente hacen en ESG. Esta sobreexposición sin un respaldo real genera escepticismo y puede dañar la reputación de la compañía. En un entorno donde los consumidores y reguladores son cada vez más exigentes, el greenwashing no solo supone un problema ético, sino que también puede acarrear sanciones y pérdida de confianza.
La clave para una comunicación ESG efectiva radica en la autenticidad. Las empresas deben asegurarse de que sus mensajes reflejan avances reales y medibles, evitando caer en frases genéricas o promesas vacías. La transparencia, respaldada por datos verificables y auditorías externas, es la mejor estrategia para consolidar una reputación sólida en sostenibilidad.
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