Caos ferroviario y desconexión comunicativa por parte del Gobierno. Un lunes después del apagón que dejó sin electricidad a todos los españoles, una nueva crisis -esta vez de transportes- ha copado todos los titulares. Un robo de cable en cuatro puntos de la provincia de Toledo provocó importantes retrasos en los trenes que enlazaban con Sevilla y otras provincias de Andalucía.
Así, miles de usuarios se quedaron tirados en la estación de Atocha – Almudena Grandes de Madrid, sufriendo las consecuencias de un “apagón” ferroviario que ya ocurrió en julio de 2023, coincidiendo con el fin de semana de las últimas elecciones generales.
La indignación entre los usuarios de AVES fue una constante durante toda la mañana del lunes. Según una encuesta lanzada por este medio a través de sus redes sociales, un 80% de los ciudadanos que respondieron a la misma no confía en la red ferroviaria de nuestro país.
Otra encuesta lanzada a través de X también da cuenta del descontento de los ciudadanos en relación a la actuación del Gobierno. A un 75,6% no le parece “correcta” la forma de proceder del Ejecutivo, cuyo principal responsable es Pedro Sánchez.
Y mientras tanto, el Gobierno echando balones fuera. Las explicaciones desde el ministerio de Transporte han sido tan esquivas como surrealistas. El ministro Óscar Puente apuntó a “un acto grave de sabotaje” y han dejado caer que puede haber un interés oculto detrás de este asunto.
La imagen de las empresas privadas, dañada
La inoperancia de la red ferroviaria durante las primeras horas del lunes ha dejado algunos daños colaterales significativos. Uno de ellos, el desprestigio de las marcas privadas de transporte, como son Ouigo e Iryo.
Ambas, que compiten con Renfe en un mercado que no para de crecer, vieron cómo sus clientes tenían que esperar durante horas para subirse a sus trenes, atascados en los andenes hasta que se solucionara el problema.
Todo ello, por una cuestión totalmente ajena a ellos, que se limitan a prestar un servicio que, se entiende, debería estar siempre garantizado. La red ferroviaria ha sido protagonista demasiadas veces en los últimos años, por lo que urge una reflexión importante sobre la fiabilidad del sistema.
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