La industria de PR atraviesa un momento de crecimiento y transformación, pero bajo esa dinámica positiva convive un problema estructural que muchas agencias siguen sin abordar con contundencia: la dificultad para retener talento.
En 2024 el ratio de inversión media en comunicación en España fue del 3,7%, una cifra que se ha ido incrementando año tras año debido a aumentos declarados en el nivel de facturación y no tanto en el presupuesto declarado por los anunciantes, según el Agency Scope 2024/2025. Aún en este contexto, la rotación de profesionales es constante, especialmente en los perfiles más jóvenes y en los mandos intermedios. Ejecutivos que no permanecen más de uno o dos años en una misma agencia, directores de cuentas que saltan a otras compañías del sector —o a otras industrias— en busca de mejores condiciones, y profesionales senior que, tras años de desgaste, optan por reinventarse fuera de la consultoría.
El problema no es nuevo, pero sí cada vez más visible. El salario es una de las principales causas. A pesar de que el valor estratégico de la comunicación ha aumentado en los últimos años, muchas agencias siguen ofreciendo sueldos que no alcanzan para vivir, sobre todo en las posiciones de entrada. Graduados con másteres, idiomas y experiencia práctica comienzan sus carreras con sueldos que apenas superan los 20.000 euros brutos anuales. En ciudades como Madrid o Barcelona, esas cifras no permiten independencia económica ni estabilidad.
Además, la cultura de trabajo es otro de los factores que empujan a los profesionales a abandonar el sector, sobre todo a los más jóvenes, que cada vez son más críticos. Horarios largos, disponibilidad constante, picos de trabajo impredecibles y un alto nivel de presión son algunos de los principales factores que generan un desgaste acumulado, a lo que se suma que muchas agencias exigen a sus trabajadores que sean poco más que esclavos de los clientes, y no profesionales ofreciendo sus servicios a otros profesionales.
Tampoco ayuda la falta de una estrategia clara de desarrollo profesional. Muchos empleados perciben una desconexión entre lo que se les ofrece y sus expectativas de crecimiento. Las estructuras internas son rígidas, las promociones lentas y los planes de formación poco adaptados a las necesidades reales. El resultado es un sentimiento de estancamiento que empuja a buscar alternativas fuera.
Pero las alternativas existen. Cada vez más profesionales del PR dan el salto a departamentos de comunicación in-house, donde encuentran condiciones más competitivas, entornos de trabajo más sostenibles y, en muchos casos, un mayor reconocimiento interno. Otros migran a sectores como el marketing digital o la gestión de contenidos, donde la carga de trabajo se percibe como más equilibrada y el margen de maniobra es mayor.
Algunas agencias están empezando a reaccionar: implementan semanas laborales más cortas, revisan sus políticas salariales, incorporan medidas de conciliación o apuestan por el trabajo híbrido. Sin embargo, los avances son desiguales y no siempre se aplican de forma coherente ni profunda.
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