Los resultados de audiencia de La Familia de la Tele continúan siendo demoledores. Pero la apuesta del presidente de RTVE, José Pablo López, y de su director de TVE, Sergio Calderón (antiguamente ligado a los productores del formato), no levanta cabeza. Hasta ahí, nada nuevo. El problema, sin embargo, alcanza tintes preocupantes.
Y es que la consigna emanada desde la alta dirección de la Corporación es pública: hay que defender, como sea y al precio que sea, la apuesta por La familia de la tele. Por eso los sudokus de la cadena pública empiezan a resultar sorprendentes para intentar presentar algún resultado medio decente. El problema verdadero es que el intento de ligar el nuevo producto a las series de tarde de La 1 se está resquebrajando.
Así, la tendencia muestra que los espectadores de Valle Salvaje y La Promesa se mantienen fieles a estos productos. Sin embargo, huyen ante la emisión del programa de La Osa. Y ahí es dónde TVE ha decidido intentar jugar el partido, para desesperación de quienes creen que se va a perjudicar a dichas producciones para salvar al discutido La familia de la tele.
En la Corporación y en el sector se barruntan qué opinará Bambú, fuera del cara al público, sobre el hecho de que las dos principales series que más le funcionan -dentro y fuera de TVE- hayan sido ‘ocultadas’ en los avances de programación. Una maniobra que algunos han atribuido a un intento de apoyar la emisión de La familia de la tele.
La percepción se ha visto reforzada por el hecho de que desde el Ente se haya vendido el primer tramo de La familia de la tele como un ‘telonero’ que ha contribuido a la subida de dichas series.
Sin embargo, el argumentario se cae por su propio peso cuando se comprueba que esos supuestos espectadores captados abandonan la cadena cuando finaliza La Promesa. Dicho de otro modo, no se fidelizan con el formato de La Osa. Y ahí sí que existe un verdadero problema.
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